Hábitos de escritores

Escribo de mañana. Es cuando me dan ganas de escribir. Y normalmente eso va de las 8 hasta el mediodía o la tarde. Es cuando me siento mejor. Me levanto temprano y no hay ninguna preocupación en mi cabeza. Ese horario es un tiempo en el que realmente no tengo nada que hacer. Luego del desayuno, puedo sentarme y escribir tranquilo. Eso ocurre en cualquier día normal, cuando nada lo interrumpe. Pero el mundo no se detiene por mí, ni por ningún escritor. Y si tengo un proyecto en mente, ése es el momento para hacerlo.

Así dice escribir Stephen King. Estos son los hábitos de uno de los escritores más prolíficos (y millonarios) de nuestro tiempo.

Pero hay otras rutinas posibles. Al parecer, Agatha Christie tomaba como escritorio un lugar muy particular de la casa: componía sus policiales metida en su bañera. Gran parte de las andanzas de Miss Marple y de Hercules Poirot fueron ideadas allí, mientras se daba un baño de inmersión y devoraba una a una media docena de manzanas verdes.

Ya se sabe: cada cual con su modo. Algunos precisan la calma absoluta, el recogimiento, evadirse de la sociedad; otros, la vorágine de la calle y la noche, los ruidos, la vida a gritos.

Por Internet circula un texto que, retomando los hallazgos biográficos del historiador Robert Hendrickson, asegura que Stendhal confesó una vez que mientras escribía La cartuja de Parma leía diariamente «dos o tres páginas del Código Civil para dar con el tono correcto».

Y que dice que Ernest Hemingway, Lewis Carroll y Virginia Woolf escribían de pie.

Y que Samuel Beckett sólo conseguía inspirarse en una habitación totalmente blanca. Mientras que Truman Capote necesitaba del color amarillo en su papel (eso sí: no toleraba que hubiera flores amarillas en el cuarto).

Pero el ejercicio de precalentamiento más notable es, sin duda, el de Henrik Ibsen (en la foto), que se inspiraba en un retrato de August Strindberg que colgaba sobre su escritorio. «Es mi enemigo mortal y lo miro mientras escribo», justificaba.

[Fuente: Boletín Escritores en Red]

Autor: Javier Cercas Rueda

En 1965 nací en Sevilla, donde he vivido casi treinta años con un pequeño paréntesis de cuatro en Jerez. En 1994 me trasladé a Granada, donde sigo desde entonces. Estudié Economía general, he vivido once años de mi vida en Colegios Mayores, y desde 1995 hago crítica de libros y he mantenido diferentes relaciones con el mundo de la comunicación. Entre las cosas que me hacen más feliz están mi familia, mis amigos, los libros que he leído y haber subido en bici el Galibier. AVISO IMPORTANTE Conviene volver a recordar que el autor de estas entradas, Francisco Javier Cercas Rueda (Sevilla, 1965), que firma sus escritos como Javier Cercas Rueda (en la foto a la derecha) y José Javier Cercas Mena (Ibahernando, Cáceres, 1962), que firma los suyos (como Soldados de Salamina) como Javier Cercas, somos dos personas distintas.

5 opiniones en “Hábitos de escritores”

  1. Creo que cada uno busca en ese lugar físico o psicológico, el clima propicio el ritual metafísico que logre atraer a la musa o alejar lo superfluo y así encender esa llama que es la creatividad, saludos.

  2. Yo estoy con La balada de Iza, también de la Szabó, ha salido hace dos días… sigue en la línea opresiva y agobiante que retrata en La puerta. Si te ha gustado la autora, te gustará La balada…

  3. Aquí va una cita del libro que leo en estos momentos:
    «… el oficio de escritor es de una servidumbre durísima, no puedes bajar la guardia en ningún momento porque si abandonas las frases a medio hacer se rebelan , se van por otro camino y si las recuperas, tienes que enderezarlas para que encajen en la nueva estructura…»
    La puerta de Magda Szabo, de lo mejorcito que he leído últimamente

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