Más sobre David Foster Wallace

Leo en El País la necrológica que le dedica Eduardo Lago, director del Instituto Cervantes de Nueva York. Habla de la fuerza incendiaria de su lenguaje y la radicalidad de sus planteamientos literarios.

Opina que el consenso, sobre todo entre los escritores, es que La broma infinita se trata de la novela más audaz e innovadora escrita en Estados Unidos en la década final del siglo XX.

De una entrevista que le hizo Lago, me quedo con dos párrafos:

«Desde un punto de vista materialista», declaró entonces el autor, «los Estados Unidos son un buen lugar para vivir. La economía es muy potente, y el país nada en la abundancia. Y sin embargo, a pesar de todo eso, entre la gente de mi edad, incluso los que pertenecemos a una clase acomodada que no ha sido víctima de ningún tipo de discriminación, hay una sensación de malestar, una tristeza y una desconexión muy profundas. Sobre nosotros sigue pesando la sombra de episodios históricos recientes, como Vietnam o el Watergate y ahora, el desastre que se avecina con la matanza que está a punto de comenzar en Irak»

Campeón del experimentalismo, siempre tuvo claro que no podía quedarse en un mero juego de artificio realizado en el vacío: «Lo esencial es la emoción. La escritura tiene que estar viva, y aunque no sé cómo explicarlo, se trata de algo muy sencillo: desde los griegos, la buena literatura te hace sentir un nudo en la boca del estómago. Lo demás no sirve para nada».

Autor: Javier Cercas Rueda

En 1965 nací en Sevilla, donde he vivido casi treinta años con un pequeño paréntesis de cuatro en Jerez. En 1994 me trasladé a Granada, donde sigo desde entonces. Estudié Economía general, he vivido once años de mi vida en Colegios Mayores, y desde 1995 hago crítica de libros y he mantenido diferentes relaciones con el mundo de la comunicación. Entre las cosas que me hacen más feliz están mi familia, mis amigos, los libros que he leído y haber subido en bici el Galibier. AVISO IMPORTANTE Conviene volver a recordar que el autor de estas entradas, Francisco Javier Cercas Rueda (Sevilla, 1965), que firma sus escritos como Javier Cercas Rueda (en la foto a la derecha) y José Javier Cercas Mena (Ibahernando, Cáceres, 1962), que firma los suyos (como Soldados de Salamina) como Javier Cercas, somos dos personas distintas.

8 opiniones en “Más sobre David Foster Wallace”

  1. Los escritores (buenos) suelen ser tipos inteligentes que ven cosas. No son moralistas ni guías y creo que no hay que buscar en ellos más de lo que pueden dar. También pienso, ya hemos comentado esto en el blog, que es más fácil ver (y hablar de) lo malo.

    Totalmente de acuerdo con lo de la pinta.

  2. Hola, Marian (y a todos en general)

    Acaso las musas nos visiten para a la tristeza y al infortunio darle alguna coherencia mediante la escritura. Y cuando se encuentra esa coherencia, sólo quizás la felicidad empiece a asomar, es decir: a veces es humanamente imposible que desaparezcan los motivos de algunos pesares, cargas que sin embargo se volverán más ligeras si se les haya un sentido y, como repito, sólo tal vez entonces la felicidad empiece a asomar…

    A este autor no lo he leído, pero sé que su muerte ha causado mucho revuelo, por lo que me vengo informando; no obstante, justamente por su gran genio y sensibilidad, escritores así adolecen del problema de ver muy nítidamente la infelicidad y la crisis tanto suyas como las de su sociedad, y como ellos ignoran cómo darle sentido a todo eso, podrían tener eventualmente un final trágico, como el de este autor: y no es que esto tenga que darse forzosamente; pero la posibilidad está latente, si no se encuentran respuestas.

    Acaso, si algún sentido tiene la Literatura, es la de valerse, aunque sea de ficciones, para hallar esas respuestas y encontrarle un sentido a muchas cuestiones de una época determinada; cuestiones que no necesariamente deben ser negativas y que también pueden ser positivas… Y ¿por qué no? ¿Por qué no tener una dosis de optimismo? Por ejemplo: hasta a la felicidad hay que estarle renovando permanentemente su sentido.

    Muchos saludos

  3. Hola Miriam.

    Yo creo que son dos caras de la misma moneda. Solo hay que elegir dónde quieres mirar y que quieres sentir. Mejor apuesta por la felicidad. Pero tal vez te ayude a sacar la tristeza el hecho de escribir. Es mejor hablar o escribir a guardartelo dentro, desde luego.

    Un abrazo.

  4. Sin embargo, desde la tristeza o el infortunio, hablo a nivel individual, es cuando a menudo se acerca al escritor la musa… Sólo entonces nos planteamos las grandes preguntas existenciales.

  5. Hola Javier.

    He conocido tu blog a través del blog de Francisco Cenamor «asamblea de palabras».

    Lo de David Foster Wallace es triste. Lo que dice es verdad, creo que en los países occidentales pasa un poco lo mismo. La gente está triste a pesar de tener cubiertas las necesidades básicas.

    Cuando tenga un ratito me paseo por tu blog.

    Si quieres visitar el mío, es de poesía http://polinya621.blogspot.com

    O pinchando sobre mi nombre que aparece también puedes entrar.

    Un saludo.

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