Middlemarch, de Eliot

Sin duda uno de las mejores novelas que he leído (en general y, por supuesto, este año). También es cierto que he invertido bastantes horas en hacerlo y tenía ganas de terminarla y empezar otras cosas. (Cuando escribí mi anterior entrada llevaba una semana con el libro).

Es una novela victoriana, escrita por una inglesa y con protagonistas ingleses de clase media-alta, es decir: todo es tranquilo y apacible, dramas y pasiones están templados por la flema y la educación.

A Eliot le interesa sobre todo la psicología. En este sentido se aleja del folletín decimonónico. Pasan cosas, pero sólo las necesarias para poner de manifiesto los matices de carácter que se quieren destacar.

Los presupuestos sociales sobre los que descansa la novela son tan lejanos a nosotros como las costumbres de los egipcios. Es una sociología pleistocénica donde la mujer es un objeto decorativo en el hogar, extraño al pensamiento y sin ninguna capacidad de decisión. La mayoría de las protagonistas acepta el status quo y sólo alguna se rebela.

La novela habla mucho de la esclerosis de la vida social provinciana y de los riesgos de prestar demasiada atención a las apariencias y al qué dirán. Todo es medido y sopesado en términos de prestigio social y pocos personajes se atreven a hacer lo que realmente desean.

Otro tema es la comunicación. Las convenciones, las apariencias, el decoro, el orgullo o la pereza impiden decir una vez y otra lo que se piensa, aún a costa de la felicidad.

El asunto estrella de Middlemarch es el matrimonio. Es fácil que un hombre y una mujer se quieran. Sucede todos los días. Junto a eso, queda claro en todos los ejemplos que no es fácil que eso conduzca al matrimonio y, menos aún, que ese compromiso lleve a la felicidad. Y, sin embargo, cuando funciona, el gozo es incomparable. Es difícil, por tanto, pero el premio es tan grande que vale la pena intentarlo.

Uno no siempre hace con su vida lo que había planeado. Van pasando los años, las circunstancias y las personas y no se sabe muy bien cómo se ha llegado a la situación en que se está. Y hay que reaccionar bien entonces, aceptando las propias limitaciones, adaptándose a la realidad, disfrutando de lo bueno que se tiene y cambiando y mejorando lo que se pueda.

Dorotea es un ángel. Como Midas, mejora todo lo que toca. Es el personaje que más me ha gustado de la novela. Cómo una persona buena influye en todos los que tiene alrededor. Entendiendo por buena alguien dispuesto a pensar en los demás a costa de los propios intereses, del propio tiempo, del propio dinero; una persona que es feliz viendo felices a los otros y que prefiere ver el lado positivo de los demás. Me ha encantado. No siempre son lógicas las cosas que hace o dice, pero siempre actúa movida por buenos sentimientos. También es inolvidable la joven Mary Garth, fea pero juiciosa, y con una lengua chispeante y llena de sentido común. Un soplo de aire fresco. Los personajes masculinos brillan menos y resultan poco atractivos.

He marcado tantos pasajes de la novela que no sabría cual seleccionar ahora. Dejo estas primeras impresiones y espero aportarles algo más en unos días.

Autor: Javier Cercas Rueda

En 1965 nací en Sevilla, donde he vivido casi treinta años con un pequeño paréntesis de cuatro en Jerez. En 1994 me trasladé a Granada, donde sigo desde entonces. Estudié Economía general, he vivido once años de mi vida en Colegios Mayores, y desde 1995 hago crítica de libros y he mantenido diferentes relaciones con el mundo de la comunicación. Entre las cosas que me hacen más feliz están mi familia, mis amigos, los libros que he leído y haber subido en bici el Galibier. AVISO IMPORTANTE Conviene volver a recordar que el autor de estas entradas, Francisco Javier Cercas Rueda (Sevilla, 1965), que firma sus escritos como Javier Cercas Rueda (en la foto a la derecha) y José Javier Cercas Mena (Ibahernando, Cáceres, 1962), que firma los suyos (como Soldados de Salamina) como Javier Cercas, somos dos personas distintas.

8 opiniones en “Middlemarch, de Eliot”

  1. La versión de la BBC -tranquilo, sí está doblada al castellano, aunque es una delicia escuchar ese elegante inglés- es de 2001, consta de 6 episodios repartidos en 3 DVDs y dura más de 375 minutos. El director es Anthony Page y el adaptador Andrew Davies, el mismo que el de Orgullo y Prejuicio. Ganó 3 premios Baftas Entre sus actores destacan Juliet Aubrey, una muy sensible Dorotea, Rufus Sewell como Stanislaw, apoyados por unos excelentes secundarios y con una muy cuidada dirección artística.
    Por supuesto, la peli nunca sustituirá al placer de leer la novela, y quizás la historia de Fred y Mary no tiene el peso que sí tiene en la novela. Con todo, constituye un postre muy apetitoso.
    Yo la conseguí en El Corte Inglés.
    Un saludo:
    Pilar Berrio

  2. Middlemarch es impresionante. No tenía ni idea de esa serie de la BBC pero intentaré buscarla. Espero que esté doblada al castellano, si no estoy perdido.

  3. Hola, Javier:
    Gracias por entrar en nuestro modesto blog de un instituto periférico de una ciudad periférica. Pero te habrás dado cuenta de que con ganas de fomentar la lectura entre nuestros alumnos. He entrado en tu blog y me he admirado de tu incesante y ya larga labor comentando libros. Como has tratado una de mis novelas favoritas Middlemarch de George Ellot ya me has conquistado para siempre. Es una novela magistral y estoy de acuerdo con tus palabras sobre la profundidad y abnegación del personaje de Dorotea. ¿Te gustó la versión de la BBC? A mí, mucho.
    Un saludo:
    Pilar Berrio
    IES de Catabois

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