El sábado celebramos la XIII Jornada Comunicación S. XXI, un evento para periodistas y comunicadores que organizo, con otros, desde hace unos años (13 en concreto, como han podido deducir). Tuve la oportunidad de conocer a dos buenas profesionales de la TV, una recién retirada, Rosa María Calaf (TVE) y otra en activo Lourdes Maldonado (informativos Antena 3 fin de semana). Son mujeres inteligentes, apasionadas, cada una en su estilo, y con vocación de informar y decir la verdad, cosas no siempre automáticas en la profesión (y empresa) periodística.
Luego dos profesores de periodismo de la Universidad de Navarra, Quico Pérez Latre y Miguel Angel Jimeno. Jóvenes todavía pero con mucha experiencia, llenos de ideas, de lecturas, de conocimiento de la red y, desde luego, del mundo de la comunicación. Aprendí mucho de los dos.
Completaban la Jornada Jim Palos, un norteamericano de Chicago que dirige un máster para empresarios del ocio, un asunto apasionante y Vicente Díaz de Villegas, un Teniente General con amplia experiencia directa en escenarios bélicos donde ha intervenido nuestro país. Fue en conjunto un día genial.
Tuve oportunidad de charlar también un rato con Martín Favelis. Les hablaré más de él. Les diré por ahora que es un humorista gráfico argentino que vive en Granada (España). Hablamos, entre otras cosas, de Borges. No sé si recuerdan el críptico comentario de Fernando que apareció en esta entrada. Pues le pregunté si podía ilustrarme al respecto y no tenía ni idea de por dónde iban los tiros: me habló de la amistad de Borges con Bioy, de que vivió con su madre hasta muy mayorcito, de su insuficiente (para los argentinos) amor por Argentina…Pero nada de esto explica el asunto. Tampoco es que importe mucho si se separa por completo la obra y la vida de un escritor como hace categóricamente Favelis, y yo casi. Más nos vale.
No tiene mérito, lo organizadores controlamos la lista de asistentes.
¡Caray, tío, qué dominio! Le daré el mensaje a Fernando de tu parte.
Te tengo localizado, COSO, Albalat…pero no pudimos conocernos, ¡lástima! (recuerdos a Fernando y, por favor, ¡¡¡¡que hable como un andaluz!!!!).
¡Qué coincidencia, yo también estuve! Estuvo bastante bien, la verdad.