Tras el éxito literario y cinematográfico de Slumdog millonaire (¿Quieres ser millonario?), Swarup continúa su descripción de la India moderna con una nueva novela. Seis sospechosos se está vendiendo como novela detectivesca, ya que hay un crimen (quizás perfecto) al principio y una resolución en las páginas finales, pero el tono, el propósito y el nervio del libro es completamente otro. A través de las dispares vidas de seis candidatos a haber apretado el gatillo, el autor vuelve a ofrecernos una vivísima y realista panorámica de un país lleno de contrastes y con serias anomalías sociales.
A pesar del tono coloquial-familiar de algunos pasajes, del cariz humorístico o fantástico de algunas peripecias o de la presencia de algunos personajes virtuosos, el retrato que se ofrece es descorazonador y aplastante. Es tal el nivel de corrupción, de desigualdades sociales y de inseguridad civil, que sólo la iniciativa particular, al margen o incluso a pesar de la ley, puede poner un poco de orden, aunque sea una gota de agua en el océano, una chispa que encienda la revolución. ¿Quieres ser millonario? contaba también cosas duras, pero ofrecía una visión algo más optimista. Los personajes están bien elegidos para representar los contrastes del país: el poder económico y político, el glamour de Bollywood, las castas medias y bajas y la vida rural de escasa civilización.
También accedemos a cómo ven las cosas los medios de comunicación e incluso un norteamericano que aterriza en el país para hacer turismo. Como en su primera novela, el estilo es ágil y cuidado. Cada personaje está bien definido en su modo de expresarse e incluso en cómo conocemos qué ocurre con cada uno (diferentes puntos de vista y vehículos narradores: diario, llamadas de teléfono, testigo, primera persona, etc).
Seis sospechosos es un trabajo de envergadura, que demuestra la capacidad del autor para grandes proyectos, mosaicos coherentes bien engarzados, que logran encajar cosas que para un occidental, fuera de ese contexto, resultarían estrafalarias e inverosímiles. El fondo de la historia es la denuncia de la injusticia y la pobreza, del papel atontador de la TV de poca calidad (reality shows), de las estratosféricas diferencias de clase, del racismo. Un ambicioso rompecabezas lleno de historias cruzadas (la tragedia de gas de Bhopal, el terrorismo islámico, el espiritismo, etc) que pretender ofrecer una imagen total –aunque quizás en su cara más deplorable- de una civilización excitante y a la vez llena de miserias endémicas de difícil arreglo.