Flannery

Me rindo con Flannery O’Connor. No me va. Con dos intentos terminé hace años su colección de relatos Un hombre bueno es difícil de encontrar y ahora me había puesto con el epistolario El hábito de ser. Hice un parón y busqué sus otros relatos contenidos en Las dulzuras del hogar y desisto tras atascarme con varias de las historias por más de dos meses. De todos modos seguiré con el epistolario, que me parece interesante pero no tanto como prometían quienes me lo han recomendado. La edición de Lumen de sus Cuentos completos, ya la he comprado dos veces en dos casas distintas, así que lo he intentado a conciencia. No me atrapan sus historias, se me hacen pesadas y encuentro el estilo denso. Algunos finales son impactantes, aunque esto no es fundamental, el problema es que no logro interesarme por lo que me está contando. Y fin.

Autor: Javier Cercas Rueda

En 1965 nací en Sevilla, donde he vivido casi treinta años con un pequeño paréntesis de cuatro en Jerez. En 1994 me trasladé a Granada, donde sigo desde entonces. Estudié Economía general, he vivido once años de mi vida en Colegios Mayores, y desde 1995 hago crítica de libros y he mantenido diferentes relaciones con el mundo de la comunicación. Entre las cosas que me hacen más feliz están mi familia, mis amigos, los libros que he leído y haber subido en bici el Galibier. AVISO IMPORTANTE Conviene volver a recordar que el autor de estas entradas, Francisco Javier Cercas Rueda (Sevilla, 1965), que firma sus escritos como Javier Cercas Rueda (en la foto a la derecha) y José Javier Cercas Mena (Ibahernando, Cáceres, 1962), que firma los suyos (como Soldados de Salamina) como Javier Cercas, somos dos personas distintas.

2 opiniones en “Flannery”

  1. Coincido plenamente contigo, Javier. Llevo unos pocos meses con ‘Cuentos completos’ a medio leer y no consigo terminarlo. De vez en cuando leo algún relato y tengo que dejarlo. Me resultan grotescos, pesimistas, desesperanzados, retorcidos, psicóticos, repelentes, desagradables, ajenos… En suma, su lectura me parece una pérdida de tiempo.
    Se escribe bastante sobre la formación católica de la autora. Sin embargo, en sus escritos, al menos en los que he leído, no hay dada de la alegría y esperanza propias de la fe. Sus personajes son patéticos, resignados, sin futuro, sin salvación, sin salida…
    En fin, como ves, no soy precisamente un defensor de esta autora. De todas formas, intentaré terminar el libro en pequeñas dosis.
    Gracias por tu blog y un saludo.

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