Crímenes de Oxford

Me ha gustado Los crímenes de Oxford. No tiene grandes momentos, es una novela tranquila, pero se lee con agrado, no desfallece, mantiene un tono medio constante. Todo pasa en Oxford, como podían sospechar, pero no es una novela de campus. Una nieta al borde del ataque de nervios y dos padres dispuestos a hacer lo que sea por sus hijas.

Como telón de fondo ambiental, las matemáticas. Series lógicas, paradoja de Wittgenstein, teorema de Gödel y cosas así. Lo verdadero no siempre coincide con lo demostrable, una serie lógica se puede completar con la continuación evidente…o con otras. Todo bien digerible para el lector no especializado, aunque al borde de lo admisible en una novela de intriga. Hay salpicadas otras subhistorias de magia, espiritismo y crímenes.

La verdad llega al final, como todo en la novela , de modo tranquilo y sin estridencias. Sólo resulta forzada, un poco, la aventura sentimental del observador-narrador de la historia.

Como saben, acaban de adaptarla al cine en España, con “Frodo” como protagonista.

Por cierto, el escritor es doctor en matemáticas.

Chandler

Hace muchos años leí Peces de colores, de Chandler, y no me gustó nada. Sólo recuerdo el aspecto infame de la edición que manejé. No recuerdo nada del argumento y sí que me quitó las ganas de seguir leyendo al autor. Esto iba paralelo a mi devoción por Hammett, el otro gran nombre que se suele citar como padre de la novela negra. Siempre me había extrañado ver escritos sus dos nombres juntos, como a la misma altura.

Hará unos cinco o seis años vi El sueño eterno de Howard Hawks, Bogart y Bacall. Muy rápida y difícil de seguir. Hace dos años leí un artículo muy elogioso sobre las Cartas de Chandler. La información quedó almacenada. Ahora, en la biografía de Billy Wilder me vuelvo a encontrar con él redactando el guión de Perdición.

Resumiendo, que me he leído El sueño eterno, en la colección de Alianza Biblioteca de autor. Y me ha gustado. Marlowe-Bogart es rápido, valiente, con agallas, lleno de sarcasmo. A la vez es honrado, a su manera. Diálogos chispeantes. La historia es bastante compleja y Chandler no cierra todos los flecos. He estado atento a descubrir quien mata al chófer y no lo he conseguido. Tampoco lo consiguió Howards Hawks ni el equipo de rodaje, y sé que preguntaron al propio Chandler y este les contestó “¡no lo sé!”. Pero no se preocupen, muere tanta gente que eso queda como un detallito sin importancia.

Rectificar es de sabios. Creo que leeré las otras novelas importantes de Chandler y, lo que me apetece más, sus Cartas.

Brian Freeman


El año pasado leí
Venganza, la segunda novela de Brian Freeman, buena novela negra pero al borde del mal gusto por su excesiva sordidez ambiental. He confirmado esta impresión con Inmoral, la primera que escribió.

Jonathan Stride investiga la desaparición de dos chicas jóvenes. La trama avanza según se van descartando sospechosos que parecían evidentes. Muchos elementos tópicos: el periodista preguntón que incordia a la poli, el fiscal ambicioso, el abogado sin escrúpulos, los detectives duros, etc. Lo más duro de la novela son las pésimas relaciones padres-hijos.

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