El Planeta a Millás

Hubo una época en la que mi trabajo me llevaba a leer cada día varios periódicos, entre ellos El Mundo. Siempre esperaba con ilusión, además de las de Umbral y Rigalt, las columnas de Millás. Tenía algunas deslumbrantes, otras desternillantes, casi siempre con sorpresa e inteligencia. Otras veces desbarraba, sobre todo cuando se metía en asuntos éticos en los que mostraba una desinformación preocupante en una pluma tan aguda. Es un escritor con chispa que se mueve de maravilla en las distancias cortas.

Otra cosa son sus novelas. Sólo he leído una (El orden alfabético) y he tenido bastante. Resulta un poco agotador en su surrealismo kafkiano, su humor conceptual, su ingenio satírico y su feroz anticatolicismo. Ya había ganado el Nadal, el Primavera y ahora le dan el Planeta. No voy a leerlo, aunque llevaba tiempo sin pensar en él (en Millás) y quizás, si cae en mis manos alguna de las recopilaciones de artículos que tiene publicadas…

Nunca he oído nada que me guste de Boris Izaguirre, el finalista, así que no diré nada de él.

El Club Dumas


Punto de Lectura está publicando la obra completa de Arturo Pérez-Reverte.

Si no lo han leído les recomiendo El Club Dumas. Pérez-Reverte no es un vulgar escritor de best-seller como se empeñan algunos críticos. Piensa en el lector, es concienzudo, viene de una tradición de escritores narradores de historias. Así explicaba este libro en una reciente entrevista que le hacía Juan Cruz:

P. Su libro más propio, por decirlo así, es El Club Dumas. ¿Cómo lo hizo?

R. Es uno de mis libros favoritos. En él cuaja toda mi vida como lector. Leo desde los seis años. Y crecí con libros toda mi vida. En casa tengo 20.000 libros en este momento. Un día estaba releyendo a Alejandro Dumas y de pronto vi la trama. El Club Dumas surge en un momento en que en España había que escribir como William Faulkner, y todo lo que era contar historias estaba mal visto. Entonces el libro surge como un desafío, en un tiempo en que no se hablaba de clubes ni de nada de esto; fui un pionero. Fue una apuesta, y es el libro más agresivo que he hecho en plan desafío a lo que se estilaba en ese momento. Una declaración de principios. Estaba más solo que la una. Es un libro con una estructura complejísima, con guiños a la literatura del siglo XIX, de donde saqué las herramientas. Es la novela de la que más he disfrutado. Pero sobre todo fue una patada en los cojones a los que tenían secuestrada la literatura en ese momento.

P. Estaba claro Dumas, ahí detrás. ¿Qué otras sombras visibles hay en el trasfondo de su obra?
R. Para mí las sombras siguen siendo las mismas, con una dosis de mi propia sombra. Cada semana sigo leyendo al azar a Virgilio, a Homero, a Chateaubriand, a Conrad. Leo páginas, leo registros…, para mí son sagrados. No los leo para deleitarme. Los leo como uno que va al gimnasio y hace flexiones. Es mi gimnasia, mi afinador de herramientas.

Literatura en catalán

La feria de Frankfurt habla este año en catalán. Esto ha inspirado a Babelia para elaborar una encuesta sobre las mejores obras de la historia escritas en ese idioma.

El resultado:

1. Poesies, de Ausiàs March (92 votos).
2. Tirant lo Blanc, de Joanot Martorell (92).
3. El quadern gris, de Josep Pla (84).
4. Bearn o la casa de les nines, de Llorenç Villalonga (69).
5. La plaça del Diamant, de Merçè Rodoreda (63).
6. Solitud, de Victor Català (57).
7. Blanquerna, de Ramon Llull (53).
8. Elegies de Bierville, de Carles Riba (48).
9. Incerta glòria, de Joan Sales (46).
10. Les dones i els dies, de Gabriel Ferrater (45).
11. Sol, i de dol, de J. V. Foix (43).
12. Mirall trencat, de Mercè Rodoreda (40).
13. Primera història d’Esther, de Salvador Espriu (40).
14. Memòries, de Josep Maria de Sagarra (40).
15. Canigó, de Jacint Verdaguer (39).

Sólo he leído la 3, la 4 y la 5 (se ve que he apuntado bien) y sólo recuerdo como memorable los diarios de Pla. Las demás, casi ni me suenan, salvo la 9, que la tengo en cartera (físicamente en mis manos, no a nivel de vago deseo).