American Psycho

Leo las 50 primeras páinas de American Psyco. Pensaba que era un análisis-denuncia de la parte artificial del mundo yupi y me encuentro a un ejecutivo sádico que despedaza a sus víctimas con una taladradora. ¡Vaya bodrio inaguantable! Ni idea sobre qué puede llevar a alguien -en su sano juicio- a describir semejantes perversiones. No es simplemente una cuestión de violencia, es un problema de dignidad, de decoro, de sensibilidad. Si añadimos además la veta pornográfica de la novela, creo que es de las cosas más asquerosas que he hojeado en mi vida.

Ladrona de libros

Decepción con La ladrona de libros.

Aguanto 100 páginas como un campeón y desde ahí, hasta el final, en diagonal. Quizás no estaba bien predispuesto: ya he comentado, al hablar de algún otro libro, que me coge cansado el asunto nazis-judíos-niños, etc. Esta vez, además, me ha fastidiado la forma de narrar, no porque narre La Muerte (cosas más raras he visto) ni por las informaciones que se insertan a modo de anuncios, sino por el tono, por la forma de avanzar la historia, las repeticiones, las cosas en que se fija el narrador, cómo las cuenta. En este caso, puedo haber rechazado este libro más con el estómago que con la cabeza, pero ya no resisto leer casi nada que no me guste.