Vinieron como golondrinas

Tenía buenas recomendaciones y me ha defraudado un poco Vinieron como golondrinas, de William Maxwell, editor-escritor norteamericano fallecido.

Una novela breve sobre padres e hijos, sobre la madre sobre todo. Tres capítulos, tres puntos de vista, el del hermano menor, el del mayor y el del padre. En el centro Bess, la madre. Dolor y separación sin consideraciones lacrimógnas. Estética realista muy norteamericana pero lejos de la fuerza de los grandes. Prosa transparente, detallosa, sin llamar la tención sobre sí misma. Ficción minimalista y doméstica, muy en la tradición USA.

En fin, que no está mal, pero tampoco es para leer a toda costa.

En esta línea de padres muertos, relación entre hermanos, etc, lean mejor A orillas del lago, de Mary Lawson. Uno más de la cadena de aciertos casi continuos que tiene Salamandra. Esta sí es una buena historia.

Rey Arturo

Me rindo con La muerte de Arturo, de Malory. Llevo más de un año con el libro atascado y se acabó. He leído 200 págs de las 800 y ni una más.

Malory, inglés, publicó en 1485 una reconstrucción del Ciclo de Lanzarote, la Vulgata artúrica francesa.

En España estaba pulcramente editado por Siruela. En el 2005 el Círculo de Lectores les superó y sacó dos volúmenes insuperables: tela, formato casi cuadrado de fácil lectura, ilustraciones de Aubrey Breadsley, un gustazo, lo tuve que comprar. El inevitable García Gual firma una introducción animante y mentirosa: dice que es moderno, breve y escueto, ágil. La realidad: es repetitivo hasta la náusea y está lleno de exageraciones, es imposible hacerte con un personaje de carne y hueso e interesarte por él. A lo mejor más adelante mejoraba, pero ya no seré yo quien lo compruebe.

Les recomiendo sobre la cuestión, de la época, las novelas francesas de Chrétien de Troyes y, moderna, la versión de Steinbeck (Los hechos del Rey Arturo y sus nobles caballeros, en Edhasa). Hay una peli reciente que a mi me gustó, El Rey Arturo, con Clive Owen y Keyra Knightley. Antiguas recuerdo Excalibur, un tanto escabrosa y truculenta, con una banda sonora impresionante.

El cartero

El cartero siempre llama dos veces. James M. Cain. 140 págs, un euro, colección Novela Negra del País.

Escrita como con descuido, como de manera informal, de acuerdo con el carácter vagabundo y de pobreza de miras del protagonista-narrador-asesino. Ni fu ni fa. Cierto interés la planificación y ejecución del golpe. Al cine en 1946 (Lana Turner y John Garfield) y el 1981 (Jessica Lange y Jack Nicholson). Estilo cínico y descarnado, narra un asesinato como contaría cómo te tomas un helado en el parque. Creo que si no hubiera sido por la primera adaptación al cine, esta novela no hubiera pasado a la historia.