Cobra

Política ficción. Una fantasía: dar todo el poder a alguien, sin límite de recursos, sin preguntas, para que haga desaparecer el negocio de la coca en el mundo. La cuestión es si el gobierno de USA está dispuesto de verdad a llegar hasta el final y asumir todo el coste.

Tenemos a dos personajes de anteriores novelas de Forsyth embarcados en la ambiciosa misión. El resto es el conocido oficio del escritor inglés: cambios de escenarios, múltiples acciones y personajes, acrónimos por todos lados, detallada descripción de todo tipo de armas y un conocimiento milimétrico del imperio de la droga. La novela va a mil por hora. Me ha parecido que los personajes están poco trabajados y todo se reduce a una espiral de hechos supersónica con poco elemento humano. De todas formas, es entretenida.

Forsyth sigue lejos de sus mejores libros y ya sólo le sigo por una especie de lealtad sentimental. La ficción de intriga criminal va desde hace años por otros derroteros mucho más duros (Ellroy, Winslow), con personaje más trabajados (Baldacci) e historias más complejas (Connelly).

King y Maxwell de nuevo

Tercera novela de Baldacci protagonizada por Sean King y Michelle Maxwell. Investigan un cadáver que aparece en un centro de cerebros matemáticos que investigan sobre ordenadores cuánticos. Enfrente hay un campo de formación de élite ultasecreto de la CIA. El FBI y la DEA también andan por ahí, en una turbia nebulosa de intereses y métodos poco limpios. Mapas, túneles, tesoros, códigos nazis, espías, torturas, conspiración, drogas… a Baldacci se le va un poco la mano esta vez.

Sólo la historia de la investigación sobre la infancia de Michelle aporta un poco de entidad emotiva en un thriller hipertrofiado de acción. Todo muy llevadero, como siempre en este autor, en violencia y demás. Además, no me acordaba de nada de las anteriores andanzas de los dos investigadores, pues entre medias Baldacci ha introducido varios episodios del Camel Club. De todas , aunque lejos de sus mejores libros, es entretenida.