Avallone. De acero

La soledad de los números primos (Giordano), regular, y Blanca como la nieve, roja como la sangre (D’Avenia), mejor, han sido recientes bombazos editoriales en Italia. El último es De acero (Avallone), también de temática adolescente-sentimental.

Pero el libro de Avallone se separa de los anteriores en que es duro y oscuro: patéticas situaciones familiares, sexualidades desbocadas, salir de la pobreza mediante el delito y un lenguaje sucio y desagradable. Palizas, lesbianismo, matrimonios tristes, droga y muchos tacos. Avallone pasa de descripciones poéticas y un uso frecuente (y hasta abusivo) de la metáfora, sin anestesias, al estilo más coloquial y callejero: ¿será esto lo que ha llamado la atención? Porque la denuncia social de la pobreza de una vida de obreros está más vista que el TBO y, además, ¿cúando ha dependido la dignidad personal del dinero que se tenga?

Me cuesta entender que un libro así venda miles de ejemplares.

D’Avenia

Mamá, ¿por qué te casaste con papá?
Porque quería amarlo.

Observen, no porque estaba enamorada, ni siquiera porque le amaba, sino porque quería quererle, quería comprometerme a amarlo. Creo que es una excelente definición del matrimonio y del amor.

Preciosa historia romántica esta primera novela de D’Avenia. Conmovedora. Beatrice tiene los ojos verdes, el pelo rojo y leucemia. Leo tiene dieciséis años, su moto, su amigo Niko, el fútbol, su confidente Silvia, y su profe de filosofía. Leo está despertando a la vida y ya intuye que lo más importante es el amor. Pero, con él, le llega el dolor y tiene que ir digiriendo muchas cosas de golpe.

Una novela de iniciación bien construida, sin melodrama, tolerablemente poética (todo el juego de los colores), un pelín demasiado didáctica pero se le perdona porque lo que se muestra es sólido (el papel de los sueños y de qué deben estar construidos para que sirvan). En fin, que me ha gustado bastante, y eso que la empecé con ciertas reservas.