Chesterton y otras lecturas

• Por fin he dado con el Chesterton adecuado para mi. Tras fracasar (yo, no él, …, no sé) con algunas de sus novelas, relatos y biografías, estoy disfrutando con sus artículos, y esto va a ser una mina que voy a hacer que dure. Por ahora tengo recopilaciones de Auden (Acantilado), Silva (Renacimiento) y Manguel (de nuevo Acantilado); voy pasando de uno a otro y es una fiesta continua. No hay muchas lecturas así, con tanta concentración de gracia y verdad. He terminado también estos meses El hombre eterno, que me ha gustado bastante, pero menos. Son muy útiles los comentarios de Luis Daniel González a todas sus obras en Gramática de la gratitud.

• García Martín ha publicado este año dos libros de Diarios. He leído Nadie lo diría (2014-2015) y me ha gustado tanto como todos los demás. Son mi Salón de pasos perdidos, porque yo no sigo los de Trapiello.

• He seguido estos meses con los textos cortos de C. S. Lewis, estupendos: El diablo propone un brindis, Lo eterno sin disimulo y El perdón y otros ensayos. Me han gustado también mucho los artículos recogidos en Ser quien eres, en los que médicos, sacerdotes, filósofos y educadores reflexionan sobre la madurez de la personalidad.

• Un interesante reportaje periodístico sobre la mafia siciliana es el de Iñaki Domínguez, corresponsal que lleva años viviendo en Roma. Parece haber leído todo sobre el tema y lo resume y explica razonablemente bien. Merecen la pena estas Crónicas de Libros del KO. Sitúan hechos y personajes aunque, lógicamente, no logran explicar lo inexplicable.

• Leí hace años Punto y aparte (1992), que antologaba la poesía de Miguel D’Ors hasta esa fecha. Ahora leo la de Númenor (2001) que llega hasta 1999. Me ha vuelto a gustar mucho. También recomiendo los poemas de Enrique García-Máiquez del 2004 (Casa propia), que incluyen aquel famoso suyo que explica tan bien que el lector es un fingidor.

• Me ha decepcionado el Diario íntimo de los Goncourt (Alta Fulla, 1987). Esperaba mucho más. No sé si la selección que acaba de sacar Renacimiento es más jugosa. Habla de muchos escritores interesantes pero lo que se dice de ellos raramente es muy relevante. Tampoco les recomendaría los aforismos de Javier Salvago, un librito bastante cenizo y repetitivo, lleno de jeremiadas simplonas contra ricos y poderosos.

Buenos diaristas españoles

LLOPLeña al fuego es el diario de 2003 de García Martín. Como anuncia el autor: sátira de la feria de las vanidades literaria, índice de lecturas, ciudades, obsesiones e insomnios. Inteligencia impertinente, buenas citas, sueños un poco pesados (yo me los salto directamente), recomendaciones de lecturas (Cartas venecianas de Byron, Colette,..) y consejos inatacables (“Ni un día sin un libro apasionante”). La parte de su vida que nos deja ver no deja de ser globalmente favorecedora. Sólo me queda uno de estos libros tan adictivos que solicitar al préstamo interbibliotecario. ¿Luego?….

Otro diario que me ha encantado, el cuarto de Llop, El Japón en Los Ángeles. Otro estilo. Más intelectual, menos anecdótico. Corresponde a los años 1996 y 1997. Su padre en su 40 cumpleaños: «no dejes que las cosas te pongan de mal humor. No es que se viva peor, es que se vive menos». O esto otro: «Devolver mal por mal no restaña sino que aumenta el propio dolor, nos afea y añade otra dosis de mal al mundo». Me anoto (vago, pero propósito) Las Memorias de Spender, Las de Gore Vidal y leer algo más de sus maestros (Chatwin, Modiano). El relato de sueños, y muchas cosas de arte o de Mallorca también me las salto un poco.

Lecturas y picoteos, 2 de 7

UMBRAL_burguésEn El escritor de diarios se reflexiona sobré qué lleva a un escritor a escribirlos y qué busca el lector en esos libros, al tiempo que se repasa la trayectoria del género en España. Sólido, como casi todo lo de Trapiello.

Sobre De ida y vuelta (García-Máiquez) podría decir lo mismo que sobre el otro libro del autor que ya comenté. Vale la pena.  He recopilado casi todos los libros memorialísticos de Umbral y voy poco a poco disfrutando del festín. Diario de un escritor burgués es estupendo.

Dos tomos más de los diarios de García Martín a los que he accedido gracias a las maravillas del préstamo interbibliotecario. Colección de días y Todo al día. Igual con estos tres primeros de Llop, muy interesantes: La estación inmóvil, Champán y sapos y Arsenal. Memoria por correspondencia (Reyes) me ha defraudado, como casi siempre me ocurre cuando pongo mucho empeño en conseguir un libro. Pobre y repetitivo.