Goldman

Goldman (1931) escribió en 1983 este cuentecillo.

El planteamiento de la historia y el tono son estupendos. Frescos, imaginativos y emocionantes. El desarrollo pierde fuelle y el desenlace es un poco loco y decepcionante, lejos de la brillantez de su curriculum (novelas y guiones: Marathon Man, La princesa prometida; guiones: Dos hombres y un destino, Todos los hombres del Presidente).

De todas formas, sólo por el inicio y algunas de sus películas, quizás me anime más adelante con La princesa prometida, que lo tengo en formato digital.