Aprendiendo a querer. Carmelo Guillén

Carmelo_GuillenHe espigado aquí y allá la poesías de Carmelo Guillén reunidas en Aprendiendo a querer (1976-1996). Es un libro que tengo rondando mis estanterías desde hace tres años (ya les hablé de uno de sus poemas aquí), porción de tiempo que indica que los versos, helàs, no son lo mío.

El amor, Dios, la muerte, el dolor, mucha sensibilidad y algo de pesimismo. Soy incapaz de juzgar la técnica y el estilo pero me parece un castellano recio y limpio. Me gusta la original ortografía que emplea a veces. El tono de confidencia íntima me resulta chocante (a mi, más habituado a la prosa con un autor claramente diferenciado del narrador), como colarte en cosas muy personales de los otros. Me ha parecido una poesía muy humana, ascética («muy poco se precisa en la vida, casi nada») y que invita al examen.

Carmelo Guillén

Vivía yo en Sevilla, en el Colegio Mayor Guadaira, y el poeta Carmelo Guillén nos visitaba en la tertulia y nos recitaba sus poesías. Le traté, le recuerdo con cariño y hace mucho que no le veo. Me acuerdo especialmente del poema Nonaino. Ahora encuentro una recopilación de sus poemarios (1976-1996) y me apresuro a buscarlo. Lo copio para ustedes: (forma parte de una serie de tres, y a mi me gusta más el III): Advierto, está bien copiado.

De mí sé más que nadie pero no estoy seguro,
Por eso, algunas veces, cuando ya no me aguanto
Ni las uñas me sirven para estarme sereno,
Me voy, adiós, y punto, a donde sea, el caso
Es éste, yo, Carmelo, que tan bien sé de otros
-Ese “tan bien” se escribe separado-, yo mismo,
No es otra la razón, aunque ocurre con frecuen
Que no, nonaino ná, que no sé por qué cía
Y claro, estar así, sin saber, tantoymás
Me hace echarme al verso, al poema y decir
Cositas que ni sé, que no quiero, que no
Hablar de mí a disgusto, a gusto, para qué,
Si luego viene uno, o dos, o tres, o cuatro
A ver como nonaino. Que no, que yo soy e-
Sa oscura clavellina, de verdad, os lo juro.