Sin libros somos menos

El descenso de los hábitos de lectura de un pueblo implica un auténtico retroceso mental de la sociedad. Disminuye su imaginación creadora, su inteligencia, su sensibilidad; el individuo es menos hombre; es menos. La sociedad declina en todas sus actividades y relaciones.

(José Miguel Ibáñez Langlois en Introducción a la Literatura)