Larsson por debajo de si misma

El debut en España de esta escritora el año pasado con Aurora boreal fue clamoroso. Ahora se traduce la segunda de las cinco novelas que lleva publicadas en Suecia desde 2003 que, como sucede tantas veces, no está a la altura de la primera.

Hay demasiados elementos parecidos: además de las investigadoras (la mujer policía y la abogada, que siguen siendo lo más logrado) y el lugar (Kiruna, ambiente rural), los muertos vuelven a ser pastores de iglesias; el asesino sólo es una sorpresa a medias; se abusa de lo melodramático (mujeres pisoteadas, padre abandonado, hijo disminuido mental, amores antinaturales y secretos); y, sobre todo, la intensidad decrece: hay muchos pasajes que ralentizan la historia (sueños, recuerdos del pasado, descripciones, la historieta sobre la loba, pequeños relatos del norte de Suecia). Larsson explora hasta donde puede llegar el hombre sometido a presiones extremas.

Hay que cuidar mucho un segundo libro si se ha triunfado con el primero y la historia de Sangre derramada no estaba madura. No es un libro logrado.

Aurora boreal

Novelón.

La sueca Larsson (Kiruna, 1966) debuta con este intenso drama psicológico. El predicador Viktor Strandgard es salvajemente asesinado en la Iglesia protestante de Kiruna donde trabaja. Su hermana Sanna, que descubre el cadáver, vive con dos hijas pequeñas y mantiene una tensa relación con sus padres y con el propio Viktor. Los tres pastores de la Iglesia libre, y con ellos toda la comunidad, se cierran en silencio ante los investigadores, para evitar así publicidad negativa. Rebecka tuvo en la juventud una difícil relación con Sanna y su familia y también con uno de los pastores. Ahora es abogada en Estocolmo y se ve obligada a volver a Kiruna cuando algunos indicios apuntan a la culpabilidad de Sanna.

Continuar leyendo «Aurora boreal»