El maestro de Vigevano. Mastronardi

De pocos libros habla Italo Calvino tan bien en sus cartas como de este. Es el que se lleva la palma de los elogios. Hay que saber que la poética que Calvino aprecia sobre las demás es la de la desnudez, la brevedad, la claridad, la transmisión de vida sin interferencias del escritor. Esto Mastronardi lo hace muy bien. La historia del profesor Antonio Mombelli, de su mujer y de su hijo Rino está contada con gran objetivismo, sin comentarios, sin apenas acceso a los pensamientos de los protagonistas. El resultado es de gran fuerza expresiva y credibilidad. A Calvino le debía dar bastante igual que se trate de una historia un poco asfixiante y poco estimulante, una vida de apariencias y frustración, de aspiraciones pequeñoburguesas de corto recorrido.