Meridiano de sangre

Harold Bloom decía de Meridiano de sangre que le parecía la obra imaginativa más impresionante entre todas las de los escritores estadounidenses vivos. Bloom suele pontificar más de la cuenta pero no es una opinión que se pueda despreciar. A mi me ha parecido una novela excesivamente salvaje. Un grupo paramilitar es contratado por el gobierno mejicano para matar indios. Estamos a mitad del XIX en la frontera con Texas. Los hombres de Galton y del juez Holden son auténticos carniceros. Muertes, muertes y más muertes.

Sobre todo, es difícil saber dónde quiere llegar McCarthy con esta historia. No suele jugar la baza posmoderna de la incomprensibilidad y el hermetismo, ni en estilo ni en contenidos, pero en esta novela, sobre todo en su resolución, se despista un poco del sentido global de la obra.Sus exploraciones son las que ya conocemos en este autor: el mal (particularmente la violencia y a guerra), Dios.

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No es país para viejos (y III)


Lo que el sheriff Bell dice sobre la verdad:

Opino que cuando todas las mentiras hayan sido contadas y olvidadas las verdad seguirá estando ahí. La verdad no va de un sitio a otro y no cambia de vez en cuando. A la gente de ahora les hablas del bien y del mal y te expones a que se sonrían. Mi padre siempre me decía que hiciera las cosas lo mejor que supiera y que dijera la verdad. Que nada tranquilizaba tanto como despertarte por la mañana y no tener que decidir quien eras. Y si has hecho algo mal, da la cara y di lo siento y apechuga. No cargues más peso del necesario.Yo creo que la verdad siempre es simple. Y lo es por fuerza. Tiene que ser lo bastante simple para que la entienda un niño. De lo contrario sería demasiado tarde. Cuando las comprendieras ya sería tarde.

No está mal encontrarse cosas así en una novela, ¿no creen? ¿les pasa con frecuencia?