Revolución en las calles

Cuarto libro de la serie Strange y Quinn del americano Pelecanos. Nos vamos ahora a la infancia, adolescencia y primeros años de policía de Strange. El libro tiene un tema: el racismo. Pelecanos quiere demostrar que el bien y el mal no tienen nada que ver con el nivel de renta ni con el color de la piel. Siempre se puede elegir.Tiene demasiado pero en la novela la cosa documental y ambiental, las descripciones, las listas dew canciones, el relato de las revueltas de 1968, el asesinato de MLK. La ficción sobre las dos bandas callejeras (una de negro y otra de blancos) queda un poco dispersa. El universo de los protagonistas se reduce a : peleas, coches, música, sexo, drogas y bebidas. Por ese orden. Así que ya pueden imaginarse los diálogos de toda la novela. Total, que no merece mucho la pena (al contrario de las otras dos de Pelecanos de las que ya les he hablado).

Música de callejón

Washington no es sólo La Casa Blanca. Hay barrios de la ciudad dominados por bandas callejeras de negros muy peligrosos. Tienen cinco temas: armas, coches, tías (nunca dicen mujeres), droga y pasta. ¿Hay un solo culpable de esto? ¿son los padres que se desprecocupan de sus hijos? ¿es el mercado libre de armas? ¿es el racismo? ¿la sociedad hace malo al hombre?

Strange (negro) y su socio Quinn (blanco) se ven metidos de lleno en el juicio a un ex-jefe de banda, en la pelea entre dos de esos grupos, en la búsqueda de una joven y en la defensa de una testigo. La historia es apasionante.

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Pelecanos. Ojo por ojo.

Me ha gustado bastante el libro de Pelecanos, Ojo por ojo. Dos investigadores, uno negro y otro blanco. Los dos ex-polis. Dos casos paralelos: en uno colaboran con una red que devuelve prostitutas jóvenes con sus padres y en otro buscan a los asesinos que se vengan de una deuda de drogas (y se cargan, de rebote, al sobrino del moroso, un niño).

De fondo en toda la novela, el racismo y las bandas callejeras. En la vida de los «buenos» hay muchos fantasmas, pasados y presentes. Y no todas las cosas que hacen son buenas. Lo mismo ocurre con «los malos». Todo es bastante violento pero sin cebarse en detalles. Como en toda novela negra buena, hay un intento de comprensión de una realidad, se apuntan algunas soluciones y se profundiza en las vidas de los personajes, bastante humanos y creíbles, nada planos y llenos de matices. El ambiente pandillero resulta terrible; si han visto «Ciudad de Dios» pueden hacerse una idea.

Descubierto el filón, ya me he informado y hay cinco novelas de Pelecanos que se pueden leer en castellano:

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