Basta de gulags

Me ha dicho poco la pérdida de Solyenitzin. Literariamente, quiero decir. Lamento la pérdida humana pero siempre he pensado que es un escritor de prestigio exagerado, de fama inflada por razones extraliterarias. Compadezco todo lo que sufrió y admiro su deseo de contarlo, pero de ahí a la gloria literaria…

Sólo he leído (y en diagonal) su Archipiélago Gulag. Me pareció una obra repetiva, excesiva, agotadora, llena de odio, exagerada. No es que no contara cosas ciertas, es que no necesito que me repitan algo treinta veces para enterarme, y menos a gritos. Tiendo a dar poco crédito a los exaltados.

A lo mejor algún día leo algo más de sus cosas, aunque asegurándome antes de que habla de otro tema. Estoy un poco cansado de totalitarismos del S. XX, sean de un signo o de otro.

Autor: Javier Cercas Rueda

En 1965 nací en Sevilla, donde he vivido casi treinta años con un pequeño paréntesis de cuatro en Jerez. En 1994 me trasladé a Granada, donde sigo desde entonces. Estudié Economía general, he vivido once años de mi vida en Colegios Mayores, y desde 1995 hago crítica de libros y he mantenido diferentes relaciones con el mundo de la comunicación. Entre las cosas que me hacen más feliz están mi familia, mis amigos, los libros que he leído y haber subido en bici el Galibier. AVISO IMPORTANTE Conviene volver a recordar que el autor de estas entradas, Francisco Javier Cercas Rueda (Sevilla, 1965), que firma sus escritos como Javier Cercas Rueda (en la foto a la derecha) y José Javier Cercas Mena (Ibahernando, Cáceres, 1962), que firma los suyos (como Soldados de Salamina) como Javier Cercas, somos dos personas distintas.

6 opiniones en “Basta de gulags”

  1. Bien, no estoy en absoluto de acuerdo con lo que dices: Solzhenitsin me parece un gran escritor (El primer círculo es una gran novela, por ejemplo; Pabellón de Cáncer es auténticamente conmocionante, fuera de culaquier referencia política, simplemente como descripción de la enfermedad y de la condición humana ante el dolor).
    Bien, hasta ahí es cuestión de gustos, como considerar que el Archipiélago sea una obra pesada y repetitiva: no es una novela, es una obra testimonial sobre el sufrimiento, así que no hay que ir a ella a ‘entretenerse’ (ya me entiendes), sino a aprender.
    En lo que no estoy en absoluto de acuerdo es 1. en que sea una obra llena de odio; 2. en que Zolzhenitsin fuera un exaltado.
    Y puedo entender el cansancio en el tema ‘Totalitarismos’, aunque no lo comparto (sí en lo que dice Jesús Sanz de los productos edulcorados recientes: Pijama, etc.).
    Saludos

  2. He suprimido el comentario anterior de Carlos. No está de acuerdo con mi impresión sobre este autor, lo cual me parece bien, pero lo expresa de manera inadecuada.

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