Japonesa

La mujer japonesa ideal tenía que ser como el bambú: graciosa, tierna, sensible y fuerte. El viento más suave podrá mecer la filigrana de hojas del bambú, pero los tifones del otoño no lo arrancarán. Mientras que los cedros gigantes y los cipreses yacen en el suelo tras el paso de una tormenta, el delgado bambú permanece en pie e imperturbable.

Así era la mujer del Dr. Tagashi. Bonito, ¿verdad?

Tomado de Réquiem por Nagasaki, Paul Glynn, sobre la vida del Dr. Tagashi Nagai.

Autor: Javier Cercas Rueda

En 1965 nací en Sevilla, donde he vivido casi treinta años con un pequeño paréntesis de cuatro en Jerez. En 1994 me trasladé a Granada, donde sigo desde entonces. Estudié Economía general, he vivido once años de mi vida en Colegios Mayores, y desde 1995 hago crítica de libros y he mantenido diferentes relaciones con el mundo de la comunicación. Entre las cosas que me hacen más feliz están mi familia, mis amigos, los libros que he leído y haber subido en bici el Galibier. AVISO IMPORTANTE Conviene volver a recordar que el autor de estas entradas, Francisco Javier Cercas Rueda (Sevilla, 1965), que firma sus escritos como Javier Cercas Rueda (en la foto a la derecha) y José Javier Cercas Mena (Ibahernando, Cáceres, 1962), que firma los suyos (como Soldados de Salamina) como Javier Cercas, somos dos personas distintas.

8 opiniones en “Japonesa”

  1. La verdad es que no piden mucho, yo pienso que cualquier mujer puede ser graciosa, tierna, y sensible, me agrada la descripcion, siempre y cuando sea solo eso lo que pretenden..

  2. Desde Japon. Reconozco que no he leido «Requiem por Nagasaki», (tampoco «Out»). Lo voy a buscar. Tendra valores literarios, de retrato de la epoca y otros con los que podremos disfrutar. Ofrecera pistas interesantes; pero, que nos ayude a tener una imagen ajustada sobre la mujer (o el hombre) japones actual, lo dudo mucho. Cuidado con las imagenes estereotipadas.

  3. Acabo de leer Out, de Natsuo Kirino, que muestra las exigencias a las que están sujetas las mujeres japonesas… parece que algunas cosas nunca cambian

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