Fin del cuarto volumen de McCullough sobre la República romana tardía. No voy a repetir impresiones ya dichas respecto a los tres primeros tomos. Casi todo sigue valiendo pues se trata de un trabajo homogéneo y unitario. Esta vez el personaje ya es César de lleno. Su superioridad en todo es aplastante pero la australiana consigue contar cada suceso sin agotar nuestra capacidad de sorpresa.
A mí me encanta medirme con los Catones y los Bíbulos. Nunca ganarán.
—¿Cómo puedes estar tan seguro?
—Simple —dijo César sorprendido—. Ellos no desean ganar con tanta pasión como lo deseo yo.*****
Ya os advertí que él ganaría —dijo Metelo Escipión—. ¿Y sabéis por qué gana siempre? Porque no se detiene a contar el gasto.
Así es César. Todo lo tiene calculado, hasta las pocas cosas que le salen mal.
Sus enemigos: Cátulo, Bíbulo, Catón, Catilina, Cicerón y Clodio. Moscones que le revolotean entorno, momentáneas preocupaciones no más pesadas que un resfriado.
Sus amigos (si alguien como él puede verdaderamente tenerlos): Pompeyo y Craso.
Sus mujeres: Aurelia (madre), Julia (hija), Servilia (amante), Pompeya (2ª mujer), Calpurnia (3ª mujer). Sus conquistas ocasionales son incontables y se insiste en esto en el libro, presentando a César como un macho descontrolado a partes iguales por su vanidad y por sus ansias de venganza política por cuernos interpuestos. Esto, la falta de paciencia y los ataques de mal genio son los puntos negros que más destacan.
McCullough cuenta muy bien maniobras políticas muy completas. A veces resulta prolija y reclama un lector altamente interesado por los más mínimos detalles de cada asunto. Esto, y el avance cronológico lineal año a año, mes a mes, hace que a veces se pierda un poco la visión de conjunto de la época.
Hay detalles abundantes sobre la economía, la religión y la esclavitud. Se narra con detalle la conjuración de Catilina.
Casi todo lo importante en esta década de los sesenta pasa dentro de Roma. Hay poca actividad bélica y exterior relevantes.
El libro acaba cuando César tiene 42 años, termina su consulado y se marcha a las Galias con 4 legiones.
Con este discurso se despidió del consulado, resume su vida hasta entonces y sus aspiraciones. No tiene desperdicio.
Enlaces a mis comentarios sobre:
I. El primer hombre de Roma.
II. La corona de hierba.
III. Favoritos de la fortuna.
uncadaverenmiblog: puede ser. En cierto modo es lógico pues es un personaje fascinante. Ella explica que estuvo 13 años documentándose y que luego se puso a escribir.
Me alegra que te busque el blog y, por supuesto, que lo enlaces.
molinos: algo he visto. Tito Pullo y Lucio Voreno aparecen en el volumen 5. Lánzate con ellos en verano, te encantarán.
Javier, ¿ has visto la serie Roma de HBO?. Es justo sobre esa época.
Mi marido está leyendo el primero de la saga y está enganchadísimo, yo lo cogeré en verano.
En mi opinión, está completamente enamorada de César, lo que le resta bastante credibilidad. Y es que ¡qué difícil es escribir novela histórica! Qué difícil escribir ficción cuando la historia de partida no es ficticia. De todas maneras es también difícil no disfrutar con los libros de esta autora.
Javier: quiero agredecerte que escribas en este blog. Lo he descubierto hace poco y me ha encantado. Si me autorizas te pondré en el blogroll del mío.
Saludos.