David Foster Wallace (1962-2008) se ahorcó con 46 años, tras dejar tres libros de relatos, tres novelas y tres colecciones de artículos periodísticos. Era considerado un genio de brillante inteligencia y atrevida ejecución en su escritura.
A mi me encantó lo primero que leí de él, los artículos de Algo supuestamente divertido que no volveré a hacer, pero luego ya nada me ha gustado igual (ni los otros artículos, ni los dos libros de relatos que he leído). No me he atrevido con las novelas para no estropearlo más.
DFW es un cóctel de hipersensibilidad, timidez, depresión, adicciones y éxito. Sus respuestas son sumamente precisas y brillantes, llenas de palabras como “autorreferencial”, “metaficción”, “postmodernidad” y “autoconciencia”. Es un icono generacional que ha despertado ríos de tinta. Más allá de los lugares comunes (su badana en la cabeza, sus conocimientos de filosofía y matemáticas, sus célebres notas a pie de página), estas 20 entrevistas nos muestran a un ser humano altamente dotado y que ha sufrido mucho. Por la naturaleza de esta compilación hay inevitablemente muchas repeticiones, lo que permite ir espigando aquí y allá buscando qué nos interesa más. Muchos de los entrevistadores quieren estar a la altura y buscan ser originales en el tipo de preguntas o en la presentación de las respuestas. Como mínimo, es imprescindible leer la semblanza final de David Lipsky.
excelente.
que buen aporte