Mira con quien te juntas

La parte del león

Es una reminiscencia de la fábula de Esopo «El león y el onagro» (una especie de asno salvaje). Según cuenta el fabulista griego, los dos animales colaboraban en una jornada de caza hasta que cobraron una pieza y llegó el momento del reparto, en la que el león llevaba la voz cantante. Lo primero que hizo fue dividir el animal en tres partes y comenzó a efectuar el reparto: la primera parte era para él, por ser el rey; la segunda, también para él, en su condición de «socio a partes iguales» y, a llegar a la tercera, se detuvo, miró al onagro y le dijo: «Si no te vas de aquí, lo vas a pasar muy mal». Posteriormente, el modismo quedarse con la parte del león pasó a expresar el abuso de poder y la falta de equidad en el reparto, cuando uno se asocia con alguien más poderoso.

Ojo con lo que dices

Las paredes oyen

Modismo que procede de Francia, del tiempo de las persecuciones contra los hugonotes que culminó en la histórica «Noche de San Bartolomé»,  episodio sangriento de las luchas religiosas que asolaron Francia en la segunda mitad del siglo XVI. El hecho fue promovido por Catalina de Médicis y el duque de Guisa quienes instigaron a llevar a cabo una matanza de hugonotes (seguidores de Calvino), la noche del 24 de agosto de 1572. Según algunos historiadores, en aquellos tiempos, la reina Catalina de Médicis mandó construir, en las paredes de sus palacios, conductos acústicos secretos que permitieran oír lo que se hablaba en las distintas habitaciones, para así poder controlar cualquier conspiración en su contra. La frase las paredes oyen, con el tiempo, pasó a ser utilizada como señal de advertencia acerca de lo que se dice en determinado momento y lugar.