Con esta última ya se completan en castellano las once novelas que escribió el autor canadiense. Sus libros tienen una espesura ambiciosa por los temas que trata, y a la vez no renuncia a lo novelesco pues mima a sus personajes.
Jonathan Hullah, médico humanista, rememora su vida a raíz de la muerte en el altar de un sacerdote anglicano en Toronto. El recuerdo de sus padres, del colegio, de la universidad, de la experiencia de la guerra y de su establecimiento como hábil diagnosticador, y el de los amigos que va haciendo en cada época, son distintos episodios del gran tema de su vida, la relación entre la ciencia y la fe.
El tema religioso es tratado siempre de modo espinoso y algo obtuso. Se habla de la oración, de los milagros y de la belleza y el arte como ayudas en la relación con Dios, pero la religión siempre termina mostrándose como un modo de encastamiento social, una provisión de placer estético o una terapia médica. Tiene poco que ver con las vidas reales de los que la frecuentan. Se describen algunos comportamientos sacrílegos por parte de sacerdotes.