Libros "rollazo", a secas

A propósito de la entrada Hablemos de libros, Cesc me decía:

Independentemente de los gustos de cada uno y de que en el presente caso aunque lo hayas hecho público no deja de ser una conversación privada, me llama la atención la facilidad con que descalificas a libros y autores sin más argumentacin que la del tipo «es un rollazo» o «es pesadísimo».
En cambio, creo que tu observación con respecto a Faulkner vale en general, «sus libros son un reto» y si no gustan, no pasa nada.
Cuando empezamos la lectura de alguien desconocido, influyen demasiados factores externos como el estado de ánimo o la fatiga mental. Descalificar la labor de alguien que ha empleado meses o años en finalizar lo que tenemos en las manos sin mayores argumentaciones es un poco peligroso. Algunos de los que citas negativamente, Bolaño, Paasilinna o Llamazares, por ejemplo, son autores con los que aplicando el reto citado yo he pasado ratos maravillosos muy alejados del «rollazo».Recibe un saludo cordial y sepas que te sigo habitualmente.
Cesc
Como es interesante la cuestión, contesto aquí, en una entrada:

Bien visto, gracias por tu comentario.

Al dar opiniones sobre libros intento tener yo antes claros estos tres puntos:

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¿Hay tiempo para los críticos?

¿Y qué opina sobre la función de los críticos?
W. F.: El artista no tiene tiempo de escuchar a los críticos. Los que quieren ser escritores leen las críticas, los que quieren escribir no tienen tiempo de leer las críticas. El crítico también intenta decir: «Kilroy estuvo aquí». Su función no está dirigida hacia el artista en sí. El artista está por encima del crítico, ya que el artista escribe algo que emocionará al crítico. El crítico escribe algo que emocionará a todos excepto al artista.
………..
¿Así que nunca siente la necesidad de comentar su obra con nadie?
W. F.: No, estoy demasiado ocupado escribiéndola. Tiene que satisfacerme, y si lo hace no necesito hablar sobre ello. Si no me satisface, hablar sobre ella no la mejorará, ya que lo único que se puede hacer para mejorarla es trabajar más en ella. No soy un hombre de letras, sino tan sólo un escritor. No disfruto con las tertulias.

Entrevista a William Faulkner en Paris Review, 1956.

¿Quien vigila al árbitro?

Leo en la revista Qué leer de marzo un artículo de Rafael Reig sobre la crítica literaria. Me ha hecho pensar.

Su tesis: Los suplementos culturales de los periódicos y sus reseñas no sirven para nada, son predecibles y prescindibles. Y todos los saben: Los Reyes no existen, son….¡las editoriales! El Washington Post va a eliminar ese suplemento y ya sólo quedan en USA dos grandes periódicos que lo mantienen.

Mi opinión: casi del todo de acuerdo. Ya me lo repite mi intuitivo amigo Mateo García Lobato: «los críticos no servís para nada». Pienso que los lectores buscan referencias más certeras en amigos de confianza y en blogs y webs independientes. Una prueba de ello -y lo sé de buena tinta- es que los grandes grupos editoriales están empezando a fijarse en los blogs.