La literatura difiere de la vida en que la vida está llena de detalles acumulados y raramente nos encamina hacia ellos, mientras que la literatura nos enseña a observar. (…) La literatura hace que nos fijemos más en la vida; practicamos en la propia vida, que a su vez nos hace mejores lectores de los detalles en la literatura, que a su vez nos hace mejores lectores de la vida. Y así sucesivamente.
James Wood, Los mecanismos de la ficción.


