Muchas veces nos señalarán imprecisiones, incoherencias, faltas de verosimilitud o cuestiones técnicas como comas o acentos. Otras desestimarán nuestro tema o tratamiento. No todas las críticas son certeras. El cuento es nuestro y sólo nosotros sabremos qué correcciones aceptar y cuáles ignorar.
[Fuente: Guillermo Samperio, “Cómo se escribe un cuento», 2008]