El escritor según Nothomb

Como no hay ningún libro del que no se pueda sacar algo, algunas ideas de la Nothomb incluídas en su Higiene del asesino:

Facultades que debe tener un buen escritor:

Para ser escritor no basta tener una buena pluma. Lo fundamental es la capacidad de resistencia a la mala fe ambiental.

Luego capacidad de creación. Pocas personas son capaces de crear realmente. La mayoría se conforma con copiar a sus predecesores con más o menos talento, predecesores que, a su vez, son casi siempre imitadores.

Después convertir la palabra en un acto sensual.

Cuarto: cerrar la boca sobre lo que no debe ser dicho.

Saber escuchar. Las palabras gritan por sí mismas. Basta con que uno las escuche en su interior.

Gozar. Tiene una importancia desmedida. Si un escritor no goza, entonces debe detenerse al instante. Escribir sin gozar es inmoral. La escritura lleva en sí todos los gérmenes de la inmoralidad. La única excusa del escritor es su gozo.

Aprender de los buenos, 2 de 2

Conocer a los grandes
Pensarás sin cesar en los que son verdaderamente grandes: [… ] Yo me he animado con frecuencia al releer el primer volumen de la autobiografía de Graham Greene, Una especie de vida, que trata de sus primeras luchas. También he tenido ocasión de visitarle en Antibes, donde vive en un pequeño piso de dos habitaciones (un lugar diminuto para un hombre tan alto) con los lujos de un aire suave y una vista al mar, pero pocas posesiones aparte de libros [… ] Ninguno de nosotros tiene oportunidad de conocer personalmente a muchos grandes hombres, pero podemos estar en su compañía leyendo sus memorias, diarios y cartas. Hay que evitar, sin embargo, las biografías, en especial las que han sido convertidas en películas o series de televisión [… ] En cuanto a la literatura específica sobre la vida del escritor yo recomendaría Una habitación propia, de Virginia Wolf, el prefacio de La dama morena de los sonetos, de Shaw, Martin Edén, de Jack London y, sobre todo, Ilusiones perdidas, de Balzac.
(Stephen Vizinczey)

[Fuente: Guillermo Samperio, “Cómo se escribe un cuento», 2008. Selección y orden propios]

Aprender de los buenos, 1 de 2

Desarme
Es necesario que el escritor desarme cuentos de diversos tipos: realistas, fantásticos, psicológicos, de ciencia ficción, los que utilizan recursos poéticos, coloquiales, tradicionales, etcétera, y formar un archivo de cuentos desarmados. Desarmarlos implica que del cuento, fotocopiado, desde luego, se recorten los recursos literarios claves del escritor en turno. Esto tiene la finalidad de que cuando uno esté escribiendo un cuento, por ejemplo fantástico, y se atore en la escritura, vaya a su archivo de cuentos fantásticos desarmados y busque ahí la solución.
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Transcribir
Un aspirante a cuentista debe trascribir sus cuentos favoritos en computadora, máquina de escribir o cuaderno, pues la mejor lectura de un cuento es la trascripción letra por letra, signo de puntuación por signo de puntuación; así se traslucen los recursos literarios fundamentales, sus trucos, sus malabarismos. Además, con el paso del tiempo, uno tendrá su antología fundamental de cuentos y su relectura será satisfactoria; incluso, puede proponerse hacer una edición privada para amigos (no comercial) en un día significativo o, de plano, proponerla a una editorial con prólogo y todo, contando la historia de cómo los fue trascribiendo y qué sensaciones, ideas y encuentros obtuvo en esa hazaña.
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Pastiche

Por ello, un buen ejercicio literario es el pastiche, que consiste en elegir a un maestro y, tras un análisis acucioso de su obra, intentar un cuento con su estilo, sus temas, sus propias palabras. Si se logra, se está varios pasos adelante en el camino del estilo propio, pues el autor tan admirado por nosotros nos ha susurrado sus secretos.

[Fuente: Guillermo Samperio, “Cómo se escribe un cuento», 2008. Selección y orden propios]