Nueva plantilla y otras mejoras

Como pueden ver, Pasen y lean ofrece un nuevo aspecto, espero que mejorado. Este mes de agosto he dedicado unas buenas horas a migrar de Blogger a WordPress para ofrecerles algunas herramientas de navegación que les hagan más útiles estos comentarios.

BARRA DE MENUS BAJO LA CABECERA
Cada pestaña despliega un menú, en los que he situado distintas selecciones de lecturas hechas por mi: los libros que más me han gustado (desde el año 2000), los que destaco en el blog con mayor “puntuación”, algunos listados temáticos, comentarios más largos, etc.

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Libros destacados

 

Si miran en la columna de la derecha del blog, la primera ETIQUETA es ahora «**DESTACADO». He agrupado ahí los libros «calificados» como notable o sobresaliente. Así se accede más fácilmente a esos (pocos) títulos. Soy consciente de la gran simplificación que supone todo esto de clasificar, y más clasificar opiniones, pero en cierto modo es buena parte de la modesta utilidad que pueda tener esta página.

Como lo de las «notas» orientativas a los libros no empecé a hacerlo hasta el 1.I.2010, a los libros DESTACADOS de años anteriores no se puede acceder directamente desde una etiqueta. Sugiero seguir mirando la sección de MIS MEJORES LECTURAS (columna del centro).

Feliz Navidad

Desde Pasen y lean les deseo unos días felices. Que el 2011 que va a empezar nos haga mejores, también a través de buenas lecturas. Un cordial saludo a todos los seguidores de esta página y muchas gracias por vuestra fidelidad y aliento. Me gusta sobre otras la escena de los Reyes. Aquí les dejo una imagen de Velázquez y un texto de Valle-Inclán.

Y aquellos tres Reyes, que llegaban de Oriente en sus camellos blancos, volvieron a inclinar las frentes coronadas, y arrastrando sus mantos de púrpura y cruzadas las manos sobre el pecho, penetraron en el establo. Sus sandalias bordadas de oro producían un armonioso rumor. El Niño que dormía en el pesebre sobre rubia paja de centeno sonrió en sueños. A su lado hallábase la Madre, que lo contemplaba de rodillas con las manos juntas. Un ángel tenía sobre la cuna sus alas de luz, y las pestañas del Niño temblaban como mariposas rubias, y los tres Reyes se postraron para adorarle, y luego besaron los pies del Niño. Para que no se despertase, con las manos apartaban las luengas barbas que eran graves y solemnes como oraciones. Después se levantaron, y volviéndose a sus camellos le trajeron sus dones: oro, incienso y mirra. Después se levantaron para irse, porque ya rayaba el alba.