Me preguntan por Montaigne. Rescato de unas notas de 2004:
Un nuevo amigo, Miguel. Llevo frecuentándole unas semanas aunque él no me conoce. Está muerto. Pero ha dejado escrito su pensamiento y me lo está contando. No pasamos ratos largos juntos porque estoy reservándole un trato muy especial, quiero asegurarme de que le recibo fresco, sin cansancio, con sorpresa. Sólo hago esto con la gente que me interesa mucho. Selecciono bastante lo que leo y aún así me suelo aburrir de casi cualquier libro si debo estar con él más de dos, tres, cuatro días.
Miguel es un tipo de gran inteligencia, con los clásicos bien digeridos, acostumbrado a pensar y a expresarse con una mezcla de claridad y profundidad poco frecuente. Su visión de la vida es ante todo racionalista y escribe con la suficiencia y la seguridad del que se siente en la verdad, y sabe hacerlo sin producir repulsa en el lector; no sólo eso, sino que éste siente el privilegio de poder acceder a esta mente lucida y fértil. Todo lo que he leído hasta ahora me ha enriquecido.Tengo entendido que era un hombre sin fe, lo que ya me anuncia que se le van a escapar muchas cosas en su interpretación del hombre y del mundo y que, en eso, no podremos estar de acuerdo. Lástima. Va mucho con mi carácter esta lectura, coincido con casi todos sus puntos de vista y me hace llegar más lejos en algunas cuestiones. No dudo que estoy en una primera lectura. Los Essais ya no me dejarán.
No es una lectura para todo el mundo. Para quien quiera comprar los Ensayos, recomiendo la edición de Cátedra en su Biblioteca Aurea.