El símbolo perdido

Pueden leer en Aceprensa la reseña que he preparado sobre la última novela de Dan Brown. Se ha publicado para todo el mundo, no hace falta estar suscritos.¡Qué quieren, hay que hacer de todo en esta vida! Ahí me ven, comprándola el primero en El Corte Inglés el mismo jueves que salía.

Pues bien, me ha gustado más de lo que hubiera querido. Este escritor es la monda. Tiene un cacao mental esotérico espectacular pero, hecha una restricción mental sobre el mensaje (si no, es imposible seguir leyéndolo), resulta entretenido. Ha tardado 6 años en escribirla y dice en las entrevistas que está muy orgulloso.

Y dice también que sabe que no ganará nunca el Nóbel. ¿Y por qué no? Sería coherente con la trayectoria de ese premio. No le extrañaría a nadie.

El tema del cuento, 4 de 4

Ahora sólo escribo sobre lo que me interesa. No busco temas: cualquier cosa en la que no pueda dejar de pensar es mi tema. Stendhal dijo que la literatura es el arte de la omisión, y omito todo lo que no me parece importante. Describo a las personas sólo en los términos de sus acciones, afirmaciones, ideas, sentimientos que me hayan escandalizado- intrigado-divertido-deleitado a mí mismo y a otros.
(Stephen Vizinczey)
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No seamos charlatanes y digamos con franqueza que en este mundo no se entiende nada. Sólo los charlatanes y los imbéciles creen comprenderlo todo.
(Antón Chéjov)
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En literatura no hay temas buenos ni malos, hay solamente un buen o mal tratamiento del tema.
(Julio Cortázar)

[Fuente: Guillermo Samperio, “Cómo se escribe un cuento», 2008. Selección y orden propios]