Antonio Fonte es un escritor de éxito de cincuenta años que vive en Nápoles. Es excéntrico y distraído, tiene dislexia emotiva y la gente tiende a encasillarlo como lunático. Una misteriosa carta, escrita por él a una mujer de la que no recuerda nada, le lleva a un sitio singular donde un personaje llamado el coleccionista acumula objetos y recuerdos perdidos por un periodo de diez años, pasados los cuales van a parar a un Reino llamado Turnail. Hay por medio un viejo amor y un asesinato. Fonte se ve forzado a salir de su aislamiento.
Primera novela de la italiana Petti (Nápoles, 1978) que se adentra con cierto talento en el mundo de la fantasía. Su historia es más cercana a Ende y a Carroll que a Rowling, pero tiene un poco de todos ellos, sin alcanzar su calidad. El universo que crea resulta coherente aunque con un soporte intelectual excesivamente elemental, basado apenas en la importancia de la memoria que es vagamente relacionada con el albedrío. La narración resulta algo retórica, con los excesos propios del principiante (que elige, por ejemplo, “el cielo recupera su sonrisa” cuando quiere decir que ha dejado de llover), pero se lee agradablemente. La escritora demuestra imaginación y sentido narrativo y no defraudará a los que gusten de este tipo de fantasías con toques románticos y de misterio.