Aún impresionado por la lectura de sus Cartas, busco el volumen de sus escritos sueltos (Misterio y maneras, ed. Encuentro: conferencias, charlas, prólogos, notas,…). Estilo llano y sin rodeos, certera y lúcida. Muy reconocible la escritora de las Cartas: amena, cordial, humana, amable, pícara, simpática, y a la vez rigurosa, profunda, muy consciente de su papel como escritora y como cristiana. El título está muy bien escogido como compendio de su concepción la escritura: una visión que halle el punto de encuentro entre lo cotidiano (la costumbre, y también las formas) y el sentido último de existencia. El artículo sobre el pavo y el prólogo a Mary Ann me han interesado menos, pero el grueso del libro es muy valioso: escritura, enseñanza de la literatura, lo sureño, lo grotesco, lo que aporta su fe a su visión y a su escritura (y lo que no se debe esperar que aporte). Ahora debería releer algunos de sus relatos.
La parte más humana de Flannery me ha hecho pensar varias veces en la polaca Szymborska, que tanto les he recomendado.
Les enlazo las notas que he tomado porque merecen la pena.