Connolly se la juega


Octava entrega de la serie de Connolly sobre Charlie Parker, un único proyecto en realidad que vamos conociendo en dramáticas e inquietantes partes desde 1999. El tema es la presencia del mal el mundo y lo que están llamados a pagar algunos para combatirlo.

Ya habíamos visto a Parker perder a su mujer y a su hija asesinadas, combatir a seres terroríficos, poner en peligro su segundo matrimonio, dejar de ser policía e incluso investigador privado. Parker no puede estar mucho tiempo alejado de las tinieblas y ahora quiere indagar por qué su padre, policía, disparó sobre dos jóvenes y a continuación se quitó la vida. Está en su naturaleza meter los dedos en todas las llagas. Esto le descubrirá secretos sobre sus propios orígenes y explicará muchas de las cosas que le han ocurrido los últimos años, por qué ha sido perseguido y él mismo ha perseguido, quien está detrás de todo y también quien le protege. El libro carece de la intensidad de los mejores episodios de la serie, pero es imprescindible para la comprensión del conjunto.

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Escolios

Llevo semanas avanzado lentamente, pero sin pausa, con los Escolios de Gómez Dávila. Es un libro extraordinario. En esta primera fase voy simplemente anotando lo que más me llama la atención y agrupándolo por temas, luego me pararé algo más, cuando haya reducido esta mina de sabiduría a un volumen más manejable a mis intereses.

Algunos pensamientos sobre crítica literaria:
Cultura literaria es el arte de ver al trasluz de formas convencionales, o de vocablos obsoletos, la autenticidad estética de una obra.
Para que la crítica cumpla cabalmente sus funciones, la obcecación del crítico es tan necesaria como su lucidez. La sola justicia no basta para refrenar la complacencia del artista.
Hay menos admiradores de las obras que imitadores de quienes las admiran.

Vargas. Más allá, a la derecha

Vargas es una de esas escritoras que te gusta o no te gusta. Puede poner nervioso al que busca acción trepidante y personajes convencionales, claros y sin aristas. Ya hemos explicado otras veces que lo suyo es otra tonalidad de noir.

Esta historia tarda un poco en calentar motores pero una vez que lo hace se pone a mil por hora. Kehlweiler es un ex-poli vocacional que rompe todos los moldes y sus colaboradores no se quedan atrás. A partir de un huesecito humano que sale de un perro (por donde salen las cosas de los perros) reconstruye un crimen atroz. De camino, ajusta cuentas con policías poco escrupulosos, levanta tapaderas y se reencuentra con su últimoa mor que le abandonó.

Vargas mitiga el pequeño pero pertinaz remordimiento que siempre me acosa cuando leo novelas policiacas.