Tolstoi crece creyendo cada vez más en la razón. Su obsesión es el perfeccionamiento intelectual y el progreso. Vagamente, quiere ser moralmente bueno. Se sabe perteneciente a la élite artística y social. Pero es honesto y llega un momento de su vida es que se hace las preguntas existenciales básicas. No encuentra respuesta sobre el sentido de la vida ni en las ciencias especulativas ni en las experimentales. Concluye que la vida es una broma estúpida, un mal absurdo; al final espera el dragón de la muerte y, hasta entonces, los ratones del dolor, la vejez y la enfermedad. Sólo caben cuatro salidas: la ignorancia, el epicureísmo, el suicidio o la debilidad de no hacer nada. Pero no se atreve a suicidarse.
Categoría: Siglo XIX
Saki
Hector Hugh Munro, alias Saki (1870-1916) es un escritor inglés a caballo entre dos siglos pero con un estilo mucho más XIX que XX. Escribe con elegancia y buen gusto con decoro y amor a las palabras, preciso y pulcro. Es ingenioso y tiene un toque de guasa (que no llega a ser ironía) poco ácida.
Hasta aquí todo lo positivo. Lo negativo es que sus cuentos son un poco rollo y tirando a sosetes. El humor es algo muy particular, y más el británico, pero esto ya es demasiado simplón: un tipo en un vagón de tren que se ve obligado a desprenderse de pantalones y chaqueta para desalojar a un ratón. Se muere de pudor porque hay una señora en el vagón. Después de mil maniobras, toda «la gracia» del asunto está en que ella….¡es ciega!
¿Me explico?
Con estos (algunos) Cuentos de humor y de horror ya he tenido suficiente. Hola Saki, adiós Saki.
POE: El hombre que nunca sonreía
Se cumplen doscientos años de su nacimiento (1809-1849). Padre de la novela policiaca, renovador de las historias góticas y de los cuentos de terror, pionero de la ciencia ficción, conferenciante y teórico de la literatura, periodista y autor de El cuervo, uno de los poemas más célebres de todos los tiempos, tuvo una vida desdichada que fue compensada, una vez muerto, con la gloria literaria.
Poe vivió en la primera mitad del S. XIX. En escasos cuarenta años se las arregló para dejar una obra de cierto volumen y gran influencia. Sin duda su pervivencia se alimenta del prestigio de sus admiradores: Dostoievsky, Kafka, Cortázar, Borges, Lovecraft, Bradbury, Valery, Maupassant, Verlaine, Rimbaud, Baudelaire, Nietzsche, Conrad, etc. Se le suele citar como precursor del romanticismo, del surrealismo y del simbolismo, por no hablar de su influencia en la música, el cine, el cómic o la pintura.