El buen adiós


Pocas veces hablo de libros que no he leído, pero haré una excepción con este porque me fio de quien me hace llegar este mensaje y de los autores del libro y porque estoy sensible con la cuestión por la muerte reciente de una persona cercana.

Pocas veces recomiendo un libro. Sin embargo, esta vez quiero compartir contigo la experiencia singularísima de leer “El buen adiós” (Espasa), que con la prosa agilísima de Silvia Laforet y la experiencia médica (y humana, muy humana) del doctor Jesús Poveda, se atreve a adentrarse en el territorio prohibido de la muerte, del buen morir.

Se trata de un ensayo repleto de anécdotas cargadas de humanidad y sentido común, algunas muy emotivas, que ayudan a pensar no solo en la mejor manera de afrontar la propia muerte, sino la de nuestros seres queridos. Cómo superar el dolor emocional y físico. De qué forma prepararse. Cómo valorar y ayudar a aquellas personas de nuestro entorno que se caracterizan por estar siempre al pie del cañón cuando llega la enfermedad grave. Cómo, a quién y en qué momento comunicar una “mala noticia” …

Quien lea “El buen adiós” reafirmará que la muerte es el proceso natural y final de la vida, que puede transformar su natural tragedia en algo incluso bello, que se puede paliar el dolor físico sin que el enfermo pierda su dignidad y sin caer en eufemismos tan tristes como la eutanasia o el suicidio asistido.

Sin duda, este libro eleva al enfermo, a sus familiares, a sus cuidadores y a todo el equipo médico.

Ojalá lo disfrutes o lo puedan disfrutar en tu familia.

Un abrazo, Miguel Aranguren

Balas de plata

«Ante la muerte de un ser querido un bato le dijo a una morra: ¿qué onda, mija, se hace? Te propongo que nos echemos uno a la monje loco».

Así es toda la novela. Muy difícil para un español. Por si no bastaran los modismos, la puntuación es imposible: preguntas o exclamaciones con/sin signos; respuestas o preguntas mezcladas con descripciones o pensamientos en el mismo párrafo, todo separado sólo por comas. Tampoco se indica siempre con claridad quien es el que habla.

Entre todo eso, se adivinan varios asesinatos, los narcos, la corrupción policial, historias de amor y muerte, y un poli con casta que persigue la verdad cueste lo que cueste.

El tema (novela negra), el sello (Tusquets) y la recomendación (Pérez-Reverte) me han llevado a Elmer Mendoza, y aunque no voy a leerle más, a mi no me ha disgustado el libro a pesar de todo. Hay buenos diálogos (cuando se entienden) y el ritmo está muy conseguido.

Brigada central

Hace unos años Juan Madrid escribió para la tele los catorce capítulos de la serie Brigada central. Los editó como libros Espasa y he venido leyendo algunos los últimos meses. No tienen gran ambición literaria pero son entretenidos. El jefe del grupo especial es Flores, gitano, y le acompañan Loren, Solana, Marchena, Pacheco, Muriel, Lucas y Carmela.

De un episodio a otro los protagonistas se van desarrollando y conocemos sus crisis personales. Son episodios cortos (de unas 140 págs) con desenlaces rápidos. Madrid conoce al dedillo el mundillo policial y del hampa. No se ceba en la sangre pero -más o menos según los capítulos- la ambientación es sórdida y desagradable (drogas, prostitución, matones, estafadores sin escrúpulos, macarras).