Este breve libro lo publicó Cejas un año antes de morir y está en la línea de las historias recogidas en Cálido viento del Norte y El baile antes de la tormenta. Estas son más fuertes. Gente que toca fondo con problemas graves (drogas, prostitución, robo, adicciones, satanismo, alcoholismo, etc) y sale adelante con el empujón de algún amigo y la acción de Dios dentro de ellos. Están contadas en primera persona, en forma de entrevista, y son testimonios valiosos y fidedignos. El mensaje final es que nada está escrito, siempre llevamos las riendas de nuestra vida.
Categoría: BIEN
Luis Piedrahita. El castellano es un idioma loable, lo hable quien lo hable
Sólo conocía un monólogo suyo, el de la maleta, que me hizo mucha gracia. Este libro es una especie de antología del disparate sacada de etiquetas, folletos de instrucciones, prospectos de medicamentos, listas de ingredientes y cosas así. El conjunto se hace demasiado largo pero es divertido, aunque sea para picotear de aquí y de allá.
El asunto se hace repetitivo, pues casi todo viene de malas traducciones. El texto que va explicando todo –más valioso- es de un humor amable y ocurrente, trabajado, personal y original, que huye de lo fácil (negro, verde o marrón). Hay elegancia e ingenio.
Para pasar el rato.
Connelly. La habitación en llamas
Con pocas ganas, por entretenerme un poco, por lealtad, el último caso publicado del Detective Hieronymus Bosch, de la Unidad de Casos Abiertos del Departamento de Policía de Los Ángeles.
Cinismo, “todo el mundo cuenta o nadie cuenta”, mantener el impulso en una investigación, escuchar la escena, la sensación fantasmagórica (especie de presencia de aquellos que habían sido asesinados).
Connelly nos hadado muchos buenos momentos con Bosch, pero ya es hora de que su plan de jubilación postergada se convierta en definitivo.