El consuelo (Gavalda)

El protagonista es un arquitecto de cincuenta años que ha triunfado profesionalmente. Tiene malas relaciones con su familia, está amargado con su trabajo y su relación con la mujer con quien vive, con la que no está casado, está naufragando. Está cansado de todo y su amargura se le convierte en ironía apenas abre la boca. De niño-adolescente tuvo una relación con una mujer «especial» (también por el pequeño detalle de que era la madre de un amigo suyo; tipo «El graduado») que acaba de morir y de la que no sabía desde hacía años. Se reencuentra con su pasado y con su amigo de la infancia y, en éstas, inicia una nueva relación con otra mujer.

Un libro larguísimo para una historia penosa. Lo mejor de Gavalda es su estilo (ya comenté que me gustaron sus relatos), que también puede llegar a cansar un poco en su afán de sorprender y de probar cosas nuevas con las palabras.

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El pan integral de la vida

Linda lleva a cuestas dos matrimonios rotos, una hija abandonada y no sabe si volverá a ver a su actual amante. La vida de Fanny, su íntima amiga y prima, ha discurrido por derroteros muy diferentes.

– Pobre Linda…
– No, no me compadezcas. He pasado once meses de felicidad perfecta y absoluta; me imagino que pocas personas pueden llegar a decir eso en el transcurso de su vida, por larga que sea.

Yo también me lo imaginaba. Alfred y yo somos felices, tan felices como puede llegar a serlo un matrimonio: estamos enamorados, nos compenetramos intelectual y físicamente en todos los aspectos, disfrutamos con la mutua compañía, no tenemos problemas económicos y sí tres hijos maravillosos, y pese a todo, cuando analizo mi vida, día a día y minuto a minuto, parece componerse de una serie de pequeñas incomodidades: niñeras; cocineras; la pesadez interminable de la organización del hogar; el ruido exasperante y la conversación repetitiva y penetrante de los niños pequeños, que taladra el cerebro; su incapacidad absoluta para entretenerse solos; sus repentinas y temibles enfermedades; los nada infrecuentes prontos de mal genio de Alfred; sus quejas invariables sobre el pudin en las comi das; la constancia de que siempre utilizará mi pasta de dientes y siempre apretará el tubo por el centro. . . Éstos son los componentes del matrimonio, el pan integral de la vida, basto y rústico, pero nutritivo; Linda había estado alimentándose de aguamiel, y ése es un régimen incomparable.

Nancy Mitford, en A la caza del amor.

Atención


Español
. Se usará indistintamente español o castellano para designar la lengua común de España y de los países hispanoamericanos. Los que hablan el idioma son hispanohablantes, no hispanoparlantes.

Espúreo. Lo correcto es espurio.

Estado. Escríbase con mayúscula la inicial al referirse a la organización política de un país o al conjunto de sus miembros.

Exclusivo. No es sinónimo de selecto, elegante.

Exento. Significa «eximido o liberado de algo»; por tanto, atribuyéndole el significado de carente, se comete grave error: «el programa de este partido está exento de innovaciones en el aspecto económico».

Escuchar. No confundir su uso con el del verbo oír.

Entrevista telefónica. Imposible. Eso sería crear la «visión auditiva».

[fuente: selección y orden propio a partir del Libro de estilo de ABC]