Estaba absolutamente convencido de haber leído algo de este autor y descubro que no. Lo saqué de la biblioteca por casualidad, cuando me di cuenta de que llevaba ya libros de dos autores catalanes y forcé el tercero en la estantería correspondiente.
Al lado del de Vila-Matas, y no digamos del de Pla, me ha parecido flojito, pero se deja leer. Veinte relatos breves y originales, todos muy distintos de contenido pero con elementos comunes: gente sola, insatisfecha y vulnerable que ni comiéndose el limón de la vida sin hacer muecas consigue sus deseos. La elogiosísima presentación de Vila-Matas es exagerada, como suele ocurrir cuando presentas el libro de un amigo.
El relato que más me ha llamado la atención es el de la hija que pide a sus padres que se separen para ser “normal” entre sus compañeras. Así de triste. En algún relato aparecen detalles o temas sexuales tratados con cierta crudeza.
El estilo es fluido, las rarezas ocasionales (uso de la segunda persona) no estorban y se agradece que no se prolonguen innecesariamente las historias.