Borges, el personaje


Cinco anécdotas de Borges, que conozco en el blog de Hugo Perini (al que llego desde el de Marta Salazar).

1. Borges firmaba ejemplares en la Librería del Centro, un jóven se acerca con un ejemplar de «Ficciones» y le dice «Maestro usted es inmortal», Borges le responde «Vamos hombre, no sea tan pesimista»

2. En una reunión convocada para analizar la situación de la literatura argentina, el crítico Cayetano Cordova Iturburu pregunta preocupado ¿Que vamos a hacer por nuestros jóvenes poetas? Desde el fondo del salón donde se desarrollaba el evento llega la voz de Borges: «Disuadirlos»

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Más de Lessing

Las cosas que voy leyendo de la nueva Nobel no me animan precisamente a leerla:

feminismo
luchadora contra el racismo
Africa
novela experimental
preocupacion por la ecología
activismo izquierdista
cultivadora de todos los géneros

No es que ninguna de esas cosas sea mala en sí misma, pero el cóctel puede ser indigesto. De todos modos espero superar aprioris y darle alguna oportunidad.
Pueden hacerse una idea propia leyendo en Moleskine literario y también aquí.
En Scriptor también se recogen distintas opiniones de aqui y de allá.

El Club Dumas


Punto de Lectura está publicando la obra completa de Arturo Pérez-Reverte.

Si no lo han leído les recomiendo El Club Dumas. Pérez-Reverte no es un vulgar escritor de best-seller como se empeñan algunos críticos. Piensa en el lector, es concienzudo, viene de una tradición de escritores narradores de historias. Así explicaba este libro en una reciente entrevista que le hacía Juan Cruz:

P. Su libro más propio, por decirlo así, es El Club Dumas. ¿Cómo lo hizo?

R. Es uno de mis libros favoritos. En él cuaja toda mi vida como lector. Leo desde los seis años. Y crecí con libros toda mi vida. En casa tengo 20.000 libros en este momento. Un día estaba releyendo a Alejandro Dumas y de pronto vi la trama. El Club Dumas surge en un momento en que en España había que escribir como William Faulkner, y todo lo que era contar historias estaba mal visto. Entonces el libro surge como un desafío, en un tiempo en que no se hablaba de clubes ni de nada de esto; fui un pionero. Fue una apuesta, y es el libro más agresivo que he hecho en plan desafío a lo que se estilaba en ese momento. Una declaración de principios. Estaba más solo que la una. Es un libro con una estructura complejísima, con guiños a la literatura del siglo XIX, de donde saqué las herramientas. Es la novela de la que más he disfrutado. Pero sobre todo fue una patada en los cojones a los que tenían secuestrada la literatura en ese momento.

P. Estaba claro Dumas, ahí detrás. ¿Qué otras sombras visibles hay en el trasfondo de su obra?
R. Para mí las sombras siguen siendo las mismas, con una dosis de mi propia sombra. Cada semana sigo leyendo al azar a Virgilio, a Homero, a Chateaubriand, a Conrad. Leo páginas, leo registros…, para mí son sagrados. No los leo para deleitarme. Los leo como uno que va al gimnasio y hace flexiones. Es mi gimnasia, mi afinador de herramientas.