Hace tiempo que no leo teatro. Lo útimo bueno que recuerdo es el Becket de Anouilh. Me encantó. La historia es tan buena que es difícil estropearla. Anouilh hace hincapié en la mezquindad del rey, muy poco digno de ser servido. No se explica bien el cambio tan drástico que da Becket. Sólo dos actos. Diálogos y sentido de la historia clásicos.
Becket: “Hasta el momento de la muerte, nadie puede hablar de su valor”
El Rey (en otro momento) “…a las malas novicias y a las preocupaciones no hay que concederles demasiada atención, terminan siempre por comerse las unas a las otras, y al cabo de los diez años de da uno cuenta de que sigue viviendo. Al final todo se arregla”
En 1965 nací en Sevilla, donde he vivido casi treinta años con un pequeño paréntesis de cuatro en Jerez. En 1994 me trasladé a Granada, donde sigo desde entonces. Estudié Economía general, he vivido once años de mi vida en Colegios Mayores, y desde 1995 hago crítica de libros y he mantenido diferentes relaciones con el mundo de la comunicación. Entre las cosas que me hacen más feliz están mi familia, mis amigos, los libros que he leído y haber subido en bici el Galibier.
AVISO IMPORTANTE
Conviene volver a recordar que el autor de estas entradas, Francisco Javier Cercas Rueda (Sevilla, 1965), que firma sus escritos como Javier Cercas Rueda (en la foto a la derecha) y José Javier Cercas Mena (Ibahernando, Cáceres, 1962), que firma los suyos (como Soldados de Salamina) como Javier Cercas, somos dos personas distintas.
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