Mantengo una rara y paradójica relación con C. S. Lewis desde hace años. LLevo toda la vida diciendo que no termina de gustarme mucho y, a la vez, no dejo de leer sus libros. Ya he leído bastantes y sólo no me han gustado sus libros de ficción (nada el primero de La trilogía de Ramsom y poco los dos primeros de las Crónicas de Narnia). Respeto mucho sin embargo sus ensayos.
Ahora le ha tocado a Cautivado por la alegría, donde cuenta sus años de formación, centrándose en todo lo que le llevó a recuperar su enfriada fe cristiana. Me ha resultado interesante y, sobre todo, es un gustazo leerle. Se expresa con elegancia, es claro, amable, inteligente, ve mucho de lo que pasa a su alrededor, parece totalmente honesto, da confianza, es divertido. Amaba los libros por encima de todo y guardaba como un tesoro sus amistades.
Su amistad con Tolkien y su admiración por Chesterton son sólo dos detalles más que me lo hacen muy simpático.
Gracias. Lo he leído y he visto la película de Hopkins (Tierras de penumbra, si no recuerdo mal). Una magnífica aproximación al problema del dolor.
No deje de leer » Una pena en observación».