El mal de Portnoy
Philip Roth
Ed. Seix Barral. Barcelona, 2007.
Tras un prometedor libro de relatos (Adiós, Colón, 1959) y dos novelas discretas (Deudas y dolores y Cuando ella era buena), El lamento de Portnoy supuso la consagración literaria internacional de Roth en 1969. Ahora se ofrece una nueva traducción de la novela (y del título).
Alexander Portnoy cuenta a su psiquiatra cómo creció en un anodino ambiente judío e intenta explicar sus obsesiones sexuales. Infancia bajo estricta moralidad judía, rebeldía adolescente a la sombra de complejos edípicos y asfixia por aplastamiento cultural. Casi sólo piensa en el sexo pero sus fantasías y actos más que gratificarle le llenan de vergüenza y temor al castigo. La obra fue acogida muy positivamente por sus aires de libertad, su desinhibición y su exuberante realismo. Portnoy es un animalito enfermo e histérico, un ser mutilado moralmente y degradado –e infeliz- por sus pasiones. Su relato roza muchas veces lo pervertido y lo aberrante y es, como mínimo, asqueroso y sórdido. Muchos críticos han querido disimular esto celebrando el tono jocoso y provocador del libro, la “sinceridad” del delirante y pornográfico monólogo, sin avisar honradamente al lector de que se expone a una lectura estéril y desagradable.
Insistimos: el mejor Roth lo tenemos desde finales de los noventa, a partir de Pastoral americana hasta hoy (con algunas excepciones: La mancha humana y El animal moribundo).
Ed. Seix Barral. Barcelona, 2007. 306 págs. 19,50 €. t. o: Portnoy’s Complaint. Traducción: Ramón Buenaventura
Noviembre de 2007