El protagonista, que se llama como el escritor y comparte algunos rasgos de su biografía pero que no es él, es un guionista de éxito que trabaja para la Paramount, tiene treinta años y espera su primer hijo. En cierto momento pide ayuda a su padre para unas reparaciones en el hogar. Su casa, símbolo de su nuevo estatus de bonanza económica, se viene abajo por las termitas. Su mujer se prepara para convertirse al catolicismo.
Fante no necesita más. Con tan poco material compone una buena historia, pinta extraordinariamente varios caracteres, hace reir, emociona y convence. Con un lenguaje vivo, directo y ágil, lleno de naturalidad, asistimos en cuatro trazos a todo un tratado de diferencias hombre-mujer, choque generacional padres-hijos, religiosidad comprometida, mágica y monolítica relación madre-hijo, conflictos familia y trabajo, alternancias tedio-amor en la vida conyugal y el fascinante misterio de la vida. El tono juguetón y caricaturesco de la prosa de Fante no resta profundidad a estos temas y el sólo hecho de interesarse por ellos aleja la novela de la literatura superficial y comercialona.
Fante tiene una gran habilidad para contar lo cotidiano, con esa facilidad tan característica de los escritores norteamericanos que cautiva e implica a quienes leen sus historias. Magníficos los personajes de los padres del Fante protagonista de la novela. El amor infinito de la madre por el hijo, la personificación del patetismo y soledad de la vez en el padre. Hay detalles formidables en el libro ante los que es imposible no reir o conmoverse. Una vez que el Fante narrador acepta y comprende que no se trata de un capricho de embarazada, la conversión de su mujer aporta una luz nueva a su relación. Nada será lo mismo desde entonces.
Fante (1909-1983), hijo de emigrantes italoamericanos, no alcanzó hasta su muerte la fama literaria, un prestigio con ribetes de una guasa y mordacidad que despierta amores u odios entre sus lectores. Llenos de vida (1952) puede pasar como una obra menor en su producción, es un libro excesivamente episódico y de trama endeble, pero sin duda está escrito con genio, trata positivamente valores familiares y religiosos y evita la zafiedad y mal gusto de algunos de sus libros más conocidos.
Solo que sepáis que hacía tiempo que no me divertía con un libro como este
Parece original lo de los suicidas.
Herter prynne y alojamiento web: gracias por vuestras visitas. Os la devolveré.
entro por primera ves en tu blog y me ha gustado mucho, felicidades
¡Hola!
Te escribo para hacerte saber que he cambiado la dirección de mi blog, La Letra Escarlata.
Ahora estoy aquí:
http://la-letra-escarlata.blogspot.com/
Si tienes algún link, te agradecería mucho que lo cambiases.
Por mi parte, seguiré pasándome por aquí a menudo.
Espero verte pronto por La Letra Escarlata.
Un abrazo:
Hester Prynne
Otro libro, uno que quiere ser divertido: La tienda de los suicidas, de Bruguera. La historia de una familia que se dedica a proporcionar desde su tienda material para suicidas que deseen no fallar. Vaya final. Se te quita la sonrisa.
Apuntado.