Pieza de verano

Pieza de verano. En algún rincón perdido de mi memoria estaba este título desde hace años. Al verlo en la biblioteca pública lo saqué. Pestiño monumental. Estilo indirecto libre mezclado con monólogos y recuerdos. No hay diálogos directos. El narrador hace preguntas (¿a?) y las responde él mismo (creo). Al cabo de treinta páginas aún no sé quien es quien ni cómo se relacionan, ni quien habla. Todo es fogonazos.He leído textos más difíciles que este y que me han gustado. Me desanimo y lo termino por derribo, sin llegar a enterarme en ningún momento de qué me están contando. Aunque desde la página 30 ya puse poco de mi parte. ¡Estos alemanes!

Ellroy, una explicación

Estas complejas narraciones de la cara menos presentable de Los Ángeles aportan la historia social más auténtica sobre la ciudad en las décadas de los cuarenta y de los cincuenta, una época en que «hombres blancos malos hacían cosas malas en nombre de la autoridad». Los relatos de Ellroy son densos como una cárcel superpoblada, pero su estilo sincopado es engañoso: estallidos secos, entrecortados, staccatos, con frecuentes aliteraciones. Sin embargo, no son descargas inarticuladas. Cada frase rotunda lleva a la siguiente y hace avanzar la trama de forma ordenada. Los protagonistas son hombres profundamente heridos de ambos lados de la ley, cubiertos de cicatrices y corrompidos por lo que han visto.

[Fuente: prólogo del editor americano de Ola de crímenes, de James Ellroy]

Henry James

Hay escritores para leer (Dumas, Galdós) y escritores para admirar (Joyce, V. Woolf). Muy pocos tienen las dos virtualidades (Faulkner, García Márquez). Para mi Henry James está en el segundo grupo. Sólo interesa a los escritores y a los profesores de universidad.

Quizás mi problema era que sólo le había leído hasta ahora Otra vuelta de tuerca. Pero no. Me presta un amigo Los papeles de Aspern, incluído en un volumen de Planeta que recoge varias novelas breves de James sobre escritores y/o la escritura. Un académico obsesionado por un escritor fallecido llega a Venecia para hacerse con unas cartas que custodia la destinataria, hoy anciana. Consigue alojarse en su casa sin revelarle su verdadero propósito e intenta ganar la confianza de la sobrina, ya también una mujer madura. ¿Hasta donde está dispuesto a llegar para hacerse con esos papeles? Esa es la historia. El desarrollo es lento y con poco contenido y el desenlace de poco interés. El estilo y el ritmo a mi se me hace muy pesado. No es XIX ni XX. No me hago a su paso. Lo termino apresuradamente con ganas de coger otra cosa y casi convencido de que difícilmente volveré a cruzarme con Henry James. Casi una despedida.