Llevo años denostando a Henry James y, a la vez, sin dejar de leerle; nunca me ha gustado pero nunca he dejado de tener clara su importancia. No me han convencido del todo sus libros de teoría literaria y me han gustado muy poco las narraciones que le conozco. Nunca me he atrevido con sus grandes novelas, para no terminar de estropearlo.
Ahora no he podido resistirme a sus Cuadernos de notas que han resultado poco interesantes para mi pero que deberían apasionar a sus devotos. El 95% de su largo contenido son esbozos de historias (“sólo para aferrar la punta del rabo de una idea”) para futuras novelas o relatos. Cientos. Algunas se materializaron luego y otras no. Con cuentagotas, algunas ideas sobre el quehacer del escritor.
Se aprecia el trabajo que hay detrás de sus libros (“el arte es todo discriminación y selección”), se observan la dificultad y las delicias de la creación literaria, la planificación de estructura, efectos y objetivos a partir de la elección de un tema, normalmente a partir de anécdotas que le cuentan.