Tercera novela de Baldacci protagonizada por Sean King y Michelle Maxwell. Investigan un cadáver que aparece en un centro de cerebros matemáticos que investigan sobre ordenadores cuánticos. Enfrente hay un campo de formación de élite ultasecreto de la CIA. El FBI y la DEA también andan por ahí, en una turbia nebulosa de intereses y métodos poco limpios. Mapas, túneles, tesoros, códigos nazis, espías, torturas, conspiración, drogas… a Baldacci se le va un poco la mano esta vez.
Sólo la historia de la investigación sobre la infancia de Michelle aporta un poco de entidad emotiva en un thriller hipertrofiado de acción. Todo muy llevadero, como siempre en este autor, en violencia y demás. Además, no me acordaba de nada de las anteriores andanzas de los dos investigadores, pues entre medias Baldacci ha introducido varios episodios del Camel Club. De todas , aunque lejos de sus mejores libros, es entretenida.