No sé por qué vuelvo a caer en la lectura de los libros de Roth. La verdad es que hace tiempo que no leía ninguno y me topé con este en la Biblioteca pública. Lo cogí.
Otra historia breve de artista crepuscular deprimido superado por los problemas de la última parte de la vida. Simon Axler ya no puede actuar en el teatro, después de haberlo sido todo. Su mujer le deja. Quiere suicidarse. Termina liándose con una lesbiana 25 años menor y pegándose un tiro. En el psiquiátrico había conocido a una mujer que asesina a su marido porque abusa de una hija menor de ella.
Toda esta alegría condimentada de ácidos comentarios sobre el matrimonio y sobre el papel de los padres en la vida de los hijos, y con pasajes pornográficos.
En fin… Siempre nos quedará Pastoral americana, Me casé con un comunista y alguna otra obra maestra.
¿Los novelistas no se jubilan? ¿nadie puede decirles que el talento no durá para siempre, o que puede malgastarse?
Lo deben de intuir, pero es que despegarse del oficio debe ser muy duro.